tag:blogger.com,1999:blog-10746530508701704612024-03-05T08:06:20.585-08:00Cuando ya no tengas secretosBlog Colectivo donde se publicará esporádicamente trabajos de amigos y alumnos de los Talleres Virtuales y Presenciales de Escritura Creativa y también del curso de Comunicación. Sugerencias, consultas, envíos y colaboraciones: mazeyra@gmail.comOrlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.comBlogger32125tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-66469032662961052772017-06-15T10:46:00.000-07:002017-06-15T10:46:33.552-07:00AREQUIPA IMAGINADA: del 5 al 9 de julio<div class="Cuerpo" style="line-height: normal; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Entre el 05 y el 09 de julio, Arequipa será </span><span lang="IT" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: IT;">la
protagonista de la primera edición de <i>Arequipa
Imaginada: recorrido de autores peruanos en Arequipa</i> </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">un
proyecto del Ministerio de Cultura que forma parte de “Perú Imaginado”,
programa de recorridos para escritores en el Perú. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El proyecto que tiene como
principal objetivo visibilizar y promocionar el acervo literario de Arequipa, consiste
en una residencia de cinco días de ocho escritores peruanos menores de cuarenta
años en la que se llevará a cabo un itinerario literario elaborado por los
escritores y gestores arequipeños Katherine Medina y Orlando Mazeyra. Los
autores invitados en esta primera edición son Lissett Orihuela (Ayacucho),
Diego Rojas Acosta (Chimbote), Pavel Ugarte (Cusco), Patrick Pareja (Iquitos),
Karina Valcárcel (Lima), Jesús Tadeo Palacios (Piura), Alexander Hilasaca
(Puno) y Karina Bocanegra (Trujillo). <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Durante su estadía, los autores
invitados recorrerá</span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-PE;">n el Centro Histórico (Patrimonio Cultural de la
Humanidad) en donde se ubica la tradicional Plaza de San Francisco o los
callejones del barrio de San Lázaro; los distritos de Cayma y Yanahuara, con
sus calles tradicionales y sus picanterías; el distrito José Luis Bustamante y
Rivero en donde se ubica el histórico cementerio general de La Apacheta; y el
distrito de Miraflores, entre otros puntos. Así, a través de estos itinerarios,
conocerán el acervo literario de esta ciudad cuna e inspiración de Oswaldo
Reynoso, Mario Vargas Llosa, Teresa Ruiz Rosas, Carlos Cornejo-Roselló, Rosa
Núñez, Yuri Vásquez, entre otros. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Adicionalmente, se organizará</span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-PE;">n </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">mesas
redondas abiertas al público, encuentros en donde los escritores invitados
podrán tener contacto con</span><b><span lang="ES-TRAD" style="color: red; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"> </span></b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">los y las
habitantes<b> </b>para dialogar sobre diversos temas, como el papel de las
ciudades en la producción literaria, la relación entre literatura y ciudad,
literatura y migración, entre otros. Dichos encuentros serán, además, una buena
oportunidad para que los escritores intercambien experiencias y dialoguen en
torno a la creación literaria en nuestro país. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">A partir de estos itinerarios y
después del recorrido, los escritores devolverán su visión de Arequipa Literaria
en textos de su propia creación, los mismos que luego serán recopilados en un
libro, producto literario de este encuentro. En este sentido, otro de los
objetivos centrales del evento es estimular la revisión de los aspectos
literarios que integran el espíritu </span><span lang="FR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: FR;">de </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">la Ciudad
Blanca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La inauguración del evento será
el día miércoles 05 de julio a las 18:00 hrs. en la Biblioteca Regional Mario
Vargas Llosa. Las mesas redondas iniciarán ese mismo días y se realizarán en diversos
centros culturales de la ciudad a las 19:00 hrs. Tras estas mesas se
desarrollarán una serie de lecturas públicas en lugares aledaños. Finalmente,
durante la estadía de los escritores se coordinarán reuniones de negocios entre
los autores invitados y las editoriales del medio con el fin de promover la
bibliodiversidad. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="Cuerpo" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Para más información, visite la
página de “Perú Imaginado: Programa de Recorridos de autores por ciudades
peruanas”: </span><span lang="EN-US"><a href="https://www.facebook.com/PeruImaginado/"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">https://www.facebook.com/PeruImaginado/</span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_oJ5fQfG2McT8usB5gr5k27rbFGxEMvQ8OR9vsnbyWH8_LxsC7ZDEvVeQXlxEBc-AEEy63wOu-9V2zcsuayNeYiIOSc3lfL2j_NzdSW_c6xq1t1Z_GT75bBiYpds5luVUauFi_27mKrw/s1600/arequipa-imaginada.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="550" data-original-width="848" height="207" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_oJ5fQfG2McT8usB5gr5k27rbFGxEMvQ8OR9vsnbyWH8_LxsC7ZDEvVeQXlxEBc-AEEy63wOu-9V2zcsuayNeYiIOSc3lfL2j_NzdSW_c6xq1t1Z_GT75bBiYpds5luVUauFi_27mKrw/s320/arequipa-imaginada.png" width="320" /></a></div>
<o:p></o:p>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-30747286521406461452017-04-16T15:04:00.000-07:002017-04-16T15:04:12.777-07:00¿Qué es un gran libro?<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Para mí, un gran libro
es aquél que se introduce en mi vida, perdura en ella y la modifica. El primer
gran libro que leí fue <b><i>Los tres mosqueteros</i></b>, de Alejandro
Dumas, cuando tendría unos diez años. Todavía recuerdo la emoción con que seguí
las proezas de los cuatro amigos en la corte de Ana de Austria y de Richelieu.
Estoy seguro que ellas influyeron en mi predilección por el género de aventuras
y en mi pasión por la narrativa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Un requisito
indispensable para que un libro me hechice, es que no sea demasiado simple, que
exija de mí un esfuerzo intelectual para poder apreciarlo. Eso me ocurrió con
las novelas de William Faulkner, a quien creo el novelista moderno más
importante. Los primeros libros que leí de él -yo era estudiante- me planteaban
muchas dificultades, pues no estaba familiarizado con esas alteraciones del
tiempo y el empleo de varios narradores entrecruzados. Cuando entendí esas
estructuras novelescas, se me abrió un horizonte y descubrí que esa complejidad
no era gratuita sino la misma que tiene la vida humana.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Un gran libro es una
especie de amigo fiel al que puedo acudir en busca de ayuda y consejo cuando me
hace falta. Por ejemplo, la <b><i>Correspondenci</i></b>a de Flaubert, en la
que uno sigue paso a paso su vida de escritor, los esfuerzos y angustias que le
significó cada libro, ha sido para mí muy útil. En sus páginas, que he leído y
releído, hallé muchas veces las respuestas para las preguntas que me hacía y el
tesón que me faltaba en lo que estaba tratando de escribir.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Finalmente, un gran
libro es para mí aquél que me obliga a revisar mis opiniones, que de alguna
manera me contradice. Eso me sucedió releyendo <b><i>El hombre rebelde</i></b>, de
Albert Camus, hace cinco años. En ese entonces, pensaba que no había más
remedio que aceptar, en ciertas circunstancias en la historia, que el fin
justifica los medios. El admirable ensayo de Camus sobre la violencia me
convenció de que la única moral histórica aceptable es la opuesta: la de que
son los medios los que deben justificar los fines.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: Times New Roman, serif;"><i>Mario Vargas Llosa</i></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Lima,
1979</span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnSVKmMn2E0K6cEofDCYzkUymL_u5vyisYuckrU7xqAyHyH2Nv3NhTm9CD_DjzGfFgaLdDe1bNAQXJTA5Olbk-JAEs1Zuv005bsF4-BnDJCJISRqOKwAgJRdK3-omNwqVc7owiOraTdlE/s1600/mvl.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnSVKmMn2E0K6cEofDCYzkUymL_u5vyisYuckrU7xqAyHyH2Nv3NhTm9CD_DjzGfFgaLdDe1bNAQXJTA5Olbk-JAEs1Zuv005bsF4-BnDJCJISRqOKwAgJRdK3-omNwqVc7owiOraTdlE/s320/mvl.jpg" width="320" /></a></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i><br /></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i>Del libro "Elogio de la educación".</i></div>
<i><o:p></o:p></i>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-34087468456669060722017-03-06T14:11:00.001-08:002017-03-06T14:11:37.300-08:00García Márquez: escribir mucho <div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-¿Cómo le gustaría morirse?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>-No. Si a mí me pusieran a
escoger la muerte sencillamente no la escogería. Me niego, rotundamente. Yo la
única opción que acepto es la de no morirse. Creo que la única cosa realmente
importante que hay es la vida. Lo importante es estar vivo. Y creo que la
muerte es una trampa, es una traición, que lo sueltan a uno sin ponerle la
condición. (...) Para mí es muy serio el hecho de que esto se acabe y
prácticamente sin participación de uno, sino cuando llega. Creo que es injusto.</b><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
-¿Y qué podemos hacer por
evitarlo?<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>-Escribir mucho.</b><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="height: 0; padding-bottom: 75.0%; position: relative;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="https://www.youtube.com/embed/CJjI4cwTCKA?ecver=2" style="height: 100%; left: 0; position: absolute; width: 100%;" width="480"></iframe></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-81821656608330479032017-03-04T16:14:00.005-08:002017-03-04T16:14:57.653-08:00La buena escuela no asfixia la creatividad<h2 class="articulo-subtitulo" itemprop="alternativeHeadline" style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: Majerit, serif; font-size: 1.176em; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: 27.0019px; margin: 0px 0px 0.25rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="color: red;">Todos tenemos una faceta imaginativa que despierta en la infancia y va apagándose con los años. Algunos expertos creen que las reglas escolares castran, otros subrayan sus beneficios sociales y cognitivos.</span></h2>
<div>
<b><br /></b></div>
<div>
<b>Escribe: Elia Silió.</b></div>
<div>
<br /></div>
<div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Tendemos a ver la creatividad como algo chic y elitista, solo al alcance de unos pocos privilegiados. Así lo interpretó en 1999 el psicólogo social <a href="http://sociedad.elpais.com/sociedad/2011/05/11/actualidad/1305064803_850215.html" style="background-color: transparent; border-bottom-color: rgb(1, 108, 162); border-bottom-style: dotted; border-image: initial; border-left-color: initial; border-left-style: initial; border-right-color: initial; border-right-style: initial; border-top-color: initial; border-top-style: initial; border-width: 0px 0px 0.063rem; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Howard Gardner</a>en <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Inteligencia reestructurada: múltiples inteligencias para el siglo XXI.</em> Sin embargo, con los años se va imponiendo la visión democrática de <a href="http://elpais.com/diario/2011/02/06/eps/1296977213_850215.html" style="background-color: transparent; border-bottom-color: rgb(1, 108, 162); border-bottom-style: dotted; border-image: initial; border-left-color: initial; border-left-style: initial; border-right-color: initial; border-right-style: initial; border-top-color: initial; border-top-style: initial; border-width: 0px 0px 0.063rem; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Ken Robinson,</a>convertido en todo un gurú para un séquito de pedagogos. En opinión de este educador y conferenciante de masas, “todo el mundo es capaz de tener éxito en algún área si se dan las condiciones precisas y se ha adquirido un conocimiento relevante y unas habilidades”. Hasta ahí todos satisfechos. El problema llega ahora. Según este británico, la escuela mata esta creatividad que no tiene por qué ser artística, como solemos imaginar, sino científica o social.</div>
<div data-google-query-id="CK2157SHvtICFdYqHwodSR4Lnw" id="elpais_gpt-INTEXT" style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; height: 0px; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline; width: 0px;">
<div id="google_ads_iframe_/7811748/elpais_web/sociedad/intext_0__container__" style="border: 0pt none; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<iframe data-integralas-id-fbdea1cb-d891-32cf-dfef-9d3a1b2590f0="" frameborder="0" height="1" id="google_ads_iframe_/7811748/elpais_web/sociedad/intext_0" marginheight="0" marginwidth="0" name="google_ads_iframe_/7811748/elpais_web/sociedad/intext_0" scrolling="no" style="border-style: initial; border-width: 0px; box-sizing: border-box; display: block; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px auto; max-width: 100%; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: bottom;" title="3rd party ad content" width="1"></iframe></div>
</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Según Robinson, al profesor solo le interesa que se conteste lo que está en los contenidos del temario, lo que provoca la frustración de aquellos niños que son más arriesgados y a los que les gusta improvisar. Eso provoca que cada vez se atrevan menos a pensar de manera diferente por miedo a equivocarse. Tienen un comportamiento más rígido y convergente. Todo ello, en opinión del pedagogo, tiene su origen en una escuela anacrónica concebida durante la revolución industrial pensando en la producción en cadena. Un esquema que casa mal con una sociedad basada cada vez más en los servicios y el conocimiento.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
El filósofo José Antonio Marina en el blog de su proyecto <a href="http://www.ceide-fsm.com/blog/" style="background-color: transparent; border-bottom-color: rgb(1, 108, 162); border-bottom-style: dotted; border-image: initial; border-left-color: initial; border-left-style: initial; border-right-color: initial; border-right-style: initial; border-top-color: initial; border-top-style: initial; border-width: 0px 0px 0.063rem; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Observatorio de la Innovación Educativa</a> se muestra disconforme: “Este tema no se puede despachar a la ligera. No se puede desprestigiar la respuesta correcta, como hace Robinson. No hay una solución creativa a la tabla de multiplicar, ni se puede mezclar Napoleón con Harry Potter en un relato histórico. Tampoco se puede ensalzar tanto el pensamiento divergente que se anule el pensamiento convergente”.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-size: 17.008px;">“La escuela fagocita la creatividad si tiene un punto de vista tradicional y se aplica la metodología de siempre. Pero sí que hay profesores que saben desarrollarla”, opina </span><a href="http://www.altacapacidad.com/nosotros.htm" style="border-bottom-color: rgb(1, 108, 162); border-bottom-style: dotted; border-image: initial; border-left-color: initial; border-left-style: initial; border-right-color: initial; border-right-style: initial; border-top-color: initial; border-top-style: initial; border-width: 0px 0px 0.063rem; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Beatriz Valderrama,</a><span style="font-size: 17.008px;"> autora de </span><em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Creatividad inteligente: guía del emprendedor</em><span style="font-size: 17.008px;">(Pearson, 2012). “Es bueno ir a la escuela infantil. Tiene grandes beneficios cognitivos y sociales. Estar con otros niños les despierta la inteligencia emocional. Conocen otros mundos, aprenden a compartir y desarrollan capacidades motrices”. Algunos informes muestran que la escolarización temprana mejora el rendimiento académico, pero los principales factores determinantes del éxito escolar siguen siendo el origen social y el nivel formativo de los padres.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-size: 17.008px;">La </span><a href="http://www.catapulta.net/catalogo.php?accion=detalle&padre=9676" style="border-bottom-color: rgb(1, 108, 162); border-bottom-style: dotted; border-image: initial; border-left-color: initial; border-left-style: initial; border-right-color: initial; border-right-style: initial; border-top-color: initial; border-top-style: initial; border-width: 0px 0px 0.063rem; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;"><em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Enciclopedia de malos alumnos y rebeldes que llegaron a genios</em></a><span style="font-size: 17.008px;">, de Jean-Bernard Pouy, Serge Bloch y Anne Blanchard, pasma con un listado de personalidades que, curiosamente, solo incluye un nombre femenino, Agatha Christie, la reina de la novela negra. El físico Stephen Hawking no aprendió a leer hasta los ocho años; Evariste Galois, padre del álgebra moderna, no pasó dos veces la prueba de acceso a la Escuela Politécnica de París; de John Gurdon, reciente premio Nobel de Medicina, la elitista escuela Eton escribió “no tiene posibilidad de estudiar una especialidad. Sería una perdida de tiempo para él y para los que deberían enseñarle”; Thomas Edison, inventor de la bombilla eléctrica que obtuvo más de 1.000 patentes, estudió en casa con su madre porque fue expulsado del colegio... La lista es interminable: pintores (Dalí, Picasso, Cezanne, Leonardo), escritores (Dumas, Balzac), músicos (Verdi, Debussy) o mandatarios (Napoleón, Churchill). Y no faltan genios contemporáneos —demostrando que al menos en las últimas décadas el sistema ha fallado— como Larry Ellison, Bill Gates y Steve Jobs.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
El niño convive de forma progresiva con el mundo desde que empieza a comer y dormir, y estas primeras etapas tempranas son especialmente arriesgadas, pioneras y prometedoras. Es lo que el psicoanalista Sigmund Freud llamaba “inteligencia radiante”. Mientras que Goethe, en la misma línea, aseguró en su obra <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Poesía y verdad</em>: “Si los niños continuaran creciendo con la misma fuerza, contaríamos con cientos de genios”.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Las maestras de infantil Arantza de las Heras y Rosa Fernández se dieron cuenta en cuanto empezaron a ejercer de que “perdían” algunos niños cuando se les obligaba a sentarse a hacer fichas y seguir un libro con tres años. Así que en las aulas del <a href="http://novedades-aldebaran.blogspot.com.es/" style="background-color: transparent; border-bottom-color: rgb(1, 108, 162); border-bottom-style: dotted; border-image: initial; border-left-color: initial; border-left-style: initial; border-right-color: initial; border-right-style: initial; border-top-color: initial; border-top-style: initial; border-width: 0px 0px 0.063rem; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">colegio público Aldebarán</a> en Tres Cantos (Madrid) los alumnos de cinco años desarrollan su creatividad cada uno a su ritmo. Cada mañana se reúnen en asamblea y deciden qué quieren hacer, y las maestras encauzan sus deseos. “No se trata de decir: haz lo que quieras. Le planteas preguntas y luego él opta por lo que quiere hacer”. Sin olvidar que a través del conocimiento del sistema solar se puede introducir lógica matemática o lectoescritura.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Montse Julià, directora del centro <a href="http://www.montessori-palau.net/?idioma=ES" style="background-color: transparent; border-bottom-color: rgb(1, 108, 162); border-bottom-style: dotted; border-image: initial; border-left-color: initial; border-left-style: initial; border-right-color: initial; border-right-style: initial; border-top-color: initial; border-top-style: initial; border-width: 0px 0px 0.063rem; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Montessori-Palau (Girona)</a>, cree a pies juntillas la teoría de Robinson. “El niño no puede estar sometido a una rutina de asignaturas en un colegio en el que solo se le enseña a obedecer unas órdenes”. Por eso en las enseñanzas infantil y primaria de su colegio cada uno va por libre —“el tiempo es fundamental para que las ideas fluyan”— y se juntan en el mismo aula niños de tres a cinco años y de seis a ocho. “Así juegan tres papeles. El de pequeño, que tiene como referente al mayor; el de mediano, y el grande, que consolida lo aprendido”.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
El maestro del método Montessori planifica algo nuevo cada dos días, y cada cual decide si va a hacer sumas, leer o aprender ortografía. “Solo hay un horario para el comedor y para clases especiales: educación física, violín..., cuenta Julià. “Es muy positivo. Los fundadores de Google cuentan en un vídeo que si han sido innovadores porque con Montessori tuvieron flexibilidad en el aula, espacio para pensar”.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Pensar con los dos lados del cerebro. El lado izquierdo resuelve los problemas algorítmicos, que son aquellos con una solución fija (una resta, por ejemplo) porque se solucionan aplicando una regla. Y el derecho, se preocupa de los problemas heurísticos, cuya respuesta hay que inventarla porque no hay a qué agarrarse. En este lado se concentra nuestra creatividad, fantasía o expresión de las emociones (ver gráfico).</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Asesine o no la escuela, lo que está claro es que el papel que juegue el maestro es de vital importancia. Caroline Sharp en su artículo <a href="http://www.nfer.ac.uk/nfer/publications/55502/55502.pdf" style="background-color: transparent; border-bottom-color: rgb(1, 108, 162); border-bottom-style: dotted; border-image: initial; border-left-color: initial; border-left-style: initial; border-right-color: initial; border-right-style: initial; border-top-color: initial; border-top-style: initial; border-width: 0px 0px 0.063rem; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;"><em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Desarrollando la creatividad infantil: ¿qué podemos aprender de la investigación?</em></a> sostiene que “tolerar la ambigüedad, plantear preguntas con distintas respuestas, animar a la experimentación y a la persistencia y felicitar al niño ante una contestación inesperada”. Todo eso sin perder de vista que el alumno tiene además que “aprender a juzgar cuándo es apropiado divergir y cuando debe mostrarse de acuerdo”.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Son las diez de la mañana y los alumnos del Aldebarán eligen el color de su cartulina. En ella pegan su retrato preferido y decoran la hoja a su gusto. De casa han traído botones, trozos de tela, poliespan, pegatinas... y el resultado es asombroso. Paula titula Sorpresa y solapa su foto con su retrato dibujado; Darío cambia la O de su nombre por un botón; Alicia, que ha optado por un cartón mucho más grande, homenajea a su gata Amaya con una delicadeza que muchos quisieran... De fondo suena Nena da Conte, la música favorita del alumno de la semana. Bailan un poco y siguen con su tarea, salvo uno de los niños que no quiere hacer nada y la profesora le permite que se recueste en el suelo. Ellas opinan que es fundamental la implicación de las familias. Cada viernes —son dos clases de 14 niños— los padres de un alumno comparten con el resto alguna afición de su hijo. Por ejemplo, pintan galletas con ellos.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
La pregunta que se plantean los expertos es: ¿cuándo los niños empiezan a perder el asombro y las ganas de aprender que les hace creativos? Coinciden en que esto sucede hacia los seis años. Lo que no parece tener respuesta clara es si esto ocurre por mera madurez o por las convenciones sociales impuestas en el aula.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Desarrollar su inteligencia emocional es tan importante como su faceta creativa. Por eso en Tres Cantos tienen colgados en la puerta carteles de cinco estados de ánimo. Cada mañana expresan sus emociones, que cambian a lo largo de la jornada, colocando su nombre debajo de un estado. No falla, después del recreo varios muestran su enfado.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Es indiscutible que la infancia es la mejor edad para aprender a aprender y para sentar las bases de la cooperación y la resolución de problemas, pero hay quien ha empezado a poner en duda que sea la etapa de la vida más creativa. <a href="http://heblab.research.yale.edu//heblab-yale/myweb.php?hls=10082&id=3" style="background-color: transparent; border-bottom-color: rgb(1, 108, 162); border-bottom-style: dotted; border-image: initial; border-left-color: initial; border-left-style: initial; border-right-color: initial; border-right-style: initial; border-top-color: initial; border-top-style: initial; border-width: 0px 0px 0.063rem; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Mark Brackett,</a> director del <a href="http://heblab.research.yale.edu//heblab-yale/myweb.php?hls=10061" style="background-color: transparent; border-bottom-color: rgb(1, 108, 162); border-bottom-style: dotted; border-image: initial; border-left-color: initial; border-left-style: initial; border-right-color: initial; border-right-style: initial; border-top-color: initial; border-top-style: initial; border-width: 0px 0px 0.063rem; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale,</a>lo planteaba hace unos días: “Hay también informes que dicen que la creatividad crece cuando eres adulto porque te conoces mejor a ti mismo, a tus emociones”.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
El Centro de Inteligencia Emocional nace ahora de la colaboración de la prestigiosa universidad y la <a href="http://www.fundacionbotin.org/" style="background-color: transparent; border-bottom-color: rgb(1, 108, 162); border-bottom-style: dotted; border-image: initial; border-left-color: initial; border-left-style: initial; border-right-color: initial; border-right-style: initial; border-top-color: initial; border-top-style: initial; border-width: 0px 0px 0.063rem; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;">Fundación Botín,</a> que abrirán en Santander un centro de arte que aspira a ser referencia mundial. Juntos estudiarán cómo canalizar la creatividad a través de las artes, convencidos de la necesidad de contar con una ciudadanía creativa no solo por su bienestar individual, sino para potenciar el desarrollo social y económico del país. Aprovechar ideas que surgen como respuesta a un sentimiento artístico. “Aunque sean negativas. Como la célebre frase de Woody Allen saliendo de la ópera: ‘Cuando escucho a Wagner más de media hora me entran ganas de invadir Polonia”, ironiza Brackett.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
“Yo siempre he tenido clara la importancia de la creatividad, pero mucha gente no. Quizá desde que llegó la crisis y se empezó a hablar de emprendimiento la cosa cambió y hay más interés por la capacidad de crear”, argumenta Íñigo Sáenz de Miera, director general de la Fundación Botín, que pone en marcha cada curso talleres creativos en 80 colegios.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
“La creatividad es una forma de mirar y resolver los problemas de la vida. Hay que cambiar la actitud. Sirve para todo en la vida: para solventar conflictos, innovar, relacionarse mejor”, anima Valderrama que trabaja esta faceta en un máster de Educación Secundaria para futuros maestros. Ella observa cómo estos estudiantes desconfían de tener capacidades creativas y trata de estimularlos para que venzan esa barrera. “La creatividad es no es un talento innato. Hay que exponerse a estímulos creativos que no sean de las áreas habituales —películas y libros de otros géneros—, pararse a pensar, cuestionarse las cosas. Balzac decía: no existe gran talento sin gran voluntad. Y tenía razón. Parece magia, que un día a un inventor se le enciende la bombilla cuando detrás hay muchas horas de trabajo. Se necesita compromiso y pasión”.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Hay otros factores que parecen menores sin serlo. Como el tamaño y la disposición de la clase, el patio o jardín, la calidad del equipamiento y los materiales o el acceso a otros ambientes. “Es bueno que las aulas sean grandes para que el niño de un vistazo vea todos los materiales con los que puede aprender sin tener que recordar. Y los niños no están todo el día sentados. A veces se sientan en el suelo y hay que respetar su espacio”, sostiene Julià.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Creatividad pero con los pies en el suelo. El doctor Frank Emanuel Weinert, que trabaja con niños superdotados, lo describe así: “Kant decía que no se puede llegar a viejo sin haber creado diferentes hábitos a modo de esqueleto. No puede ser que cada día haya que encontrar razones para lavarse los dientes. Eso no lo aguanta la naturaleza humana”.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Fuente: <a href="http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/05/actualidad/1365175865_448281.html?id_externo_rsoc=FB_CM">El País, España.</a></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="color: #444444; font-family: Benton Sans, sans-serif;"><span style="font-size: 17.008px;">http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/05/actualidad/1365175865_448281.html?id_externo_rsoc=FB_CM</span></span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
</div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-71167357367496830102017-03-04T15:20:00.000-08:002017-03-04T15:20:11.462-08:00UNA TARDE DE LEGULEYOS<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Ayer, después de casi un año, volví a ver a un par de amigos, de esos, de los buenos, con los que uno sabe que puede contar siempre. Que no por buenos dejan de tener <em>“cosillas”,</em> y resulta que una de esas <em>“cosillas”</em> es, pues, que decidieron estudiar derecho, de aquel que está tan torcido y retorcido en nuestro país. Pero vaya, quizá con gente como ellos algún día se enderece un poco, ¿no?...</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Almorzamos gratamente en una pollería del centro que, como todas, se ufanan colocando su chimenea casi en las narices de los comensales, <em>[aún no entiendo qué sentido tiene hacer tal cosa, ¿será que se preocupan de garantizar que allí mismo se están abrasando los pollos, porsiacaso algún comensal descreído los espíe?...]</em> El asunto es que ahí pedimos nuestros <em>tres cuartos</em> con papas, ensalada y las salsas de siempre, para variar. Después de nuestro poco saludable pero sabroso almuerzo y una amena conversación, me invitaron a acompañarlos a una reunioncilla con uno que otro de sus compañeros de universidad, con quienes habían formado un grupo, tratando de emular a los de antaño, aquellos que parieron a nuestros más notables intelectuales, las mentes brillantes, o los de brillos dementes, como se quiera, que es lo mismo.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
¡Ajá, reunión con algunos leguleyos! En otras palabras, un puñado de soñadores que discuten huevadas trascendentales, un grupito de esos jóvenes medio intelectuales, o por lo menos que intentan serlo, y que aún creen en nuestro país, de esa gente que todavía sirve, que todavía valora la cultura, pensé.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Entonces asentí a acompañarlos de buena gana porque, además, mis amigos a sabiendas de mi debilidad por la literatura, me promocionaron con vehemencia y ánimo casi frenético al invitado de honor de la tarde, un escritor local del cual había oído algunos no muy afortunados comentarios, y en fin, por qué no ir a husmear por ahí. A ver qué tipo de habas se cuecen en esa olla, me dije.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Ya ahí, ¡guau! ¡Qué tales especímenes!, gente que sin lugar a duda no era normal, unos locos de mierda, de los locos que me encantan, los “<em>de-mentes abierta</em>s”. Había uno en especial, de rostro alargado, trigueño, ojos achinados, saquito (máximo intento de formalidad), ese cabello crecido más de lo usual y el flequillo morboso que se le venía a la frente gracias a una partición muy de lado derecho; era imberbe, obviamente. Sólo faltaban los lentecitos y por Dios que era una especie de versión arequipeña de Jaime Bayly, lo juro.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Éramos siete al empezar la reunión. Ya luego, de a pocos, como a goteo de tubería roída, iban llegando más compañeros de cofradía, hermandad, gremio, o lo que quiera que fuese la tal reunión.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
La tarde iba seduciendo con la muerte del sol, allí en un salón viejo y turbio del tercer piso de la facultadísima de derecho, se iniciaba así un legendario alegato de sinrazones importantes.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Los minutos transcurrían a paso de tortuga, la siempre esperada noche aligeraba un poco mi aletargo y de pronto una pregunta me pululaba… ¿qué rayos hago aquí con estos sujetos rayadazos, oyendo discusiones que me interesan un comino? Podría haber convencido a mis amigos de ir al Jakarandá o al Cyrano a tomarnos un par de chelas bien frías, que luego se multiplicarían por diez, pero tuvo que ganar mi complejo de mujer y hacerme venir aquí, hambriento de chisme. ¡Pendeja curiosidad!</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Verlos discutir con ahínco acerca de los derechos que tiene cualquier hijo de vecino de ir al circo y de cómo se debe respetar el derecho de un perro a ser libre, me tenían absorto. Estamos en el Perú, donde aún no se cumplen como deberían los derechos de las personas y estos mendrugos discuten porque uno tiene ganas de ir al circo y hay otra, más demente que el anterior, que no quiere que los circos existan… uhm, estos galifardos serán congresistas seguramente, podría apostarlo, pensaba.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Por unos minutos me sentí vilmente estafado… ¿Y <em>“el escritor” </em>dónde rayos estaba? ¿Qué, no pensaba venir? ¿Acaso me había tenido que soplar toda esa charlotada en vano?, me recriminaba en silencio. Y fue entonces que viré el rostro hacia donde estaban mis amigos, lanzándoles la más furiosa de mis miradas; estaba a punto de preguntarles que si el haberme llevado ahí era una especie de venganza por el abandono en el que los había tenido los últimos años, y en ese preciso instante, afortunadamente, llegó un sujeto, apenas lo vi cruzar el umbral supe que era él, <em>“el escritor”,</em> todos los rostros se volvieron a verlo. Era perfecto, lucía un desgastado jean color grafito y zapatillas negras, un polo gris encima del cual llevaba una camisa azul a rayas negras, a medio abotonar, y lo mejor, sin corbata, por eso digo que era perfecto. Llevaba un morral al hombro y tenía un parecido monumental con el pelotero Iniesta, el español.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
El recién llegado era el invitado de honor así que tuvieron que posponer la <em>“trascendental discusión”,</em> porque evidentemente lo que iba a decir <em>“el escritor”</em> tenía que ser mucho más interesante, y… aunque no lo fuera, sabía que no iba a soportarlos mucho más y de no haber sido así, un par de minutos más y, después de increpar a mis amigos, (a quienes obviamente después iba a perdonar) me hubiese puesto en pie, hubiera mandado muy respetuosa y cordialmente a la mierda a los allí presentes, y me hubiera retirado con una socarrona sonrisita de fastidio, vaya que sí. Pero bueno, por esas casualidades oportunas que tiene la vida a veces llegó este hombre, uno de los más curiosos personajes que he tenido la oportunidad de escuchar.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Desde que entró, una rarísima sensación de tranquilidad me invadió, y no soy gay; o bueno, creo no serlo, o no haberlo sido.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Nunca antes lo había visto y de pronto, después del primer escrutinio físico, mi mirada no podía despegarse de sus dedos, de sus manos, eran perfectas, como él. Me sentía absolutamente cojudo, más <em>loca</em> que cualquier maricón del parque del avión, estaba mirando sus manos de una manera absolutamente obsesiva sin poder evitarlo. Y lo peor del caso era que tenía la falsa sensación de que mientras yo miraba casi orgásmicamente sus manos, los leguleyos me veían fijamente a mí, como pensando <em>¿y éste… será cabro? </em>Pero me interesaba realmente poco, en aquel momento, la opinión que los fulanos me tuvieran.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Afortunadamente, repito, era solo una falsa sensación mía.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
“El escritor” tomó la palabra, empezó a plantear su posición respecto a la naturaleza de la creación literaria, dijo que la literatura sólo podía nacer del amor, del amor a un alguien o del amor a un algo, pero del amor al fin y al cabo, y que cuando no había amor las palabras se anulaban y los silencios también. Dijo que parte de su amor huyó con cierta mujer y que entonces ese vacío lo orillaba, en ocasiones, a pensar en la posibilidad de la muerte. Un sujeto que se reconoce vulnerable, es porque tiene seguridad en sí mismo y una personalidad firme.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Luego sacó unas hojas maltrechas de dentro su morral, las puso entre sus manos y comenzó. Los demás lo escuchábamos atentamente mientras él leía con intensa emoción uno de sus relatos, inédito dijo, y que tenía como protagonista a un puto ficho de la ciudad y sus anécdotas nocturnas con los ocasionales clientes de carros también fichos, para que todo <em>haga juego</em> pues.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Mientras él hablaba, yo oía y continuaba como con la vista hipnotizada por la forma y el movimiento de sus manos, cuando pasaba de una hoja a otra. Esa noche me sentí el protagonista de la historia que “el escritor” leía, me sentí ese puto ficho que deambulaba en las tenues noches arequipeñas con la infaltable chompita roja y que esperaba en los lugares estratégicos, que se daba el lujo de escoger a sus clientes y que únicamente subía cuando la voz y el rostro de dentro del carro caro le eran atractivos.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
Cuando concluyó su lectura, saltaron los aplausos, el amasijo de leguleyos no pudo hacer más que rendirse ante el talento y fue entonces cuando caí en cuenta de que el único que no aplaudía era yo, no porque no quisiera hacerlo sino porque no podía. Estaba bastante ocupado viendo unas manos perfectas y sintiéndome más hombre que nunca.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;">
<b>Fuente: Revista Contranatura.</b></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-71729459599524515842016-01-25T19:26:00.000-08:002016-01-25T19:26:47.837-08:00Ricardo Piglia: "Yo conozco más a Ana Karénina que a todas mis amigas"<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/Na9eZYm4SUw" width="420"></iframe>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-80968421726427912772015-09-28T20:20:00.000-07:002015-09-28T20:20:03.192-07:00Clase<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1X1f_Ko9TJn-vSAtx81AGxvwpfLHgFy52l9eCojPvkfarla-RAIE2o52e9lVmLkhdCIIsjdpWuXztOYzh99kZ5HqtQCdgP7OoTtbNJ7aRQNMndeXQ8NQeXmy6b-i6GtTTc4RYnwc0xSo/s1600/CHARLES.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1X1f_Ko9TJn-vSAtx81AGxvwpfLHgFy52l9eCojPvkfarla-RAIE2o52e9lVmLkhdCIIsjdpWuXztOYzh99kZ5HqtQCdgP7OoTtbNJ7aRQNMndeXQ8NQeXmy6b-i6GtTTc4RYnwc0xSo/s400/CHARLES.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No estoy muy seguro del lugar.
Algún sitio al Noroeste de California. Hemingway acababa de terminar una
novela, había llegado de Europa o de no sé dónde, y ahora estaba en el ring
pegándose con un tipo. Había periodistas, críticos, escritores —bueno, toda esa
tribu— y también algunas jóvenes damas sentadas entre las filas de butacas. Me
senté en la última fila. La mayor parte de la gente no estaba mirando a Hem.
Sólo hablaban entre sí y se reían.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El sol estaba alto. Era a primera
hora de la tarde. Yo observaba a Ernie. Tenía atrapado a su hombre, y estaba
jugando con él. Se le cruzaba, bailaba, le daba vueltas, lo mareaba. Entonces
lo tumbó. La gente miró. Su oponente logró levantarse al contar ocho. Hem se le
acercó, se paró delante de él, escupió su protector bucal, soltó una carcajada,
y volteó a su oponente de un puñetazo. Era como un asesinato. Ernie se fue
hacia su rincón, se sentó. Inclinó la cabeza hacia atrás y alguien vertió agua
sobre su boca.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Yo me levanté de mi asiento y bajé
caminando despacio por el pasillo central. Llegué al ring, extendí la mano y le
di unos golpecitos a Hemingway en el hombro.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Señor Hemingway?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Sí, qué pasa?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Me gustaría cruzar los guantes
con usted.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Tienes alguna experiencia en
boxeo?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—No.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Vete y vuelve cuando hayas
aprendido algo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Mire, estoy aquí para romperle
el culo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ernie se rió estrepitosamente. Le
dijo al tipo que estaba en el rincón:</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Ponle al chico unos calzones y
unos guantes.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El tipo saltó fuera del ring
y yo lo seguí hasta los vestuarios.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Estás loco, chico? —me
preguntó.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—No sé. Creo que no.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Toma. Pruébate estos calzones.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Bueno.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Oh, oh... Son demasiado grandes.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—A la mierda. Están bien.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Bueno, deja que te vende las
manos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Nada de vendas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Nada de vendas?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Nada de vendas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Y qué tal un protector para la
boca?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Nada de protectores.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Y vas a pelear en zapatos?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Voy a pelear en zapatos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Encendí un puro y salimos afuera.
Bajé tranquilamente hacia el ring fumando mi puro. Hemingway volvió a subir al
ring y ellos le colocaron los guantes.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No había nadie en mi rincón.
Finalmente alguien vino y me puso unos guantes. Nos llamaron al centro del ring
para darnos las instrucciones.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Ahora, cuando caigas a la lona —me
dijo el árbitro— yo...</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—No me voy a caer —le dije al
árbitro.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Siguieron otras instrucciones.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Muy bien, vuelvan a sus
rincones; y cuando suene la campana, salgan a pelear. Que gane el mejor. Y
—se dirigió hacia mí— será mejor que te quites ese puro de la boca.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cuando sonó la campana salí al
centro del ring con el puro todavía en la boca. Me chupé toda una bocanada de
humo y se la eché en la cara a Hemingway. La gente rió.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hem se vino hacia mí, me lanzó
dos ganchos cortos, y falló ambos golpes. Mis pies eran rápidos. Bailaba en un
continuo vaivén, me movía, entraba, salía, a pequeños saltos, tap tap tap tap
tap, cinco veloces golpes de izquierda en la nariz de Papá. Divisé a una chica
en la fila frontal de butacas, una cosa muy bonita, me quedé mirándola y
entonces Hem me lanzó un directo de derecha que me aplastó el cigarro en la boca.
Sentí cómo me quemaba los labios y la mejilla; me sacudí la ceniza, escupí
los restos del puro y le pegué un gancho en el estómago a Ernie. Él
respondió con un derechazo corto, y me pegó con la izquierda en la oreja.
Esquivó mi derecha y con una fuerte volea me lanzó contra las cuerdas. Justo al
tiempo de sonar la campana me tumbó son un sólido derechazo a la barbilla. Me
levanté y me fui hasta mi rincón.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Un tipo vino con una toalla.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—El señor Hemingway quiere saber
si todavía deseas seguir otro asalto.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Dile al señor Hemingway que tuvo
suerte. El humo se me metió en los ojos. Un asalto más es todo lo que necesito
para finalizar el asunto.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El tipo con la toalla volvió
al otro extremo y pude ver a Hemingway riéndose.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Sonó la campana y salí derecho.
Empecé a atacar, no muy fuerte, pero con buenas combinaciones. Ernie
retrocedía, fallando sus golpes. Por primera vez pude ver la duda en sus ojos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
¿Quién es este chico?, estaría
pensando. Mis golpes eran más rápidos, le pegué más duro. Atacaba con todo mi
aliento. Cabeza y cuerpo. Una variedad mixta. Boxeaba como Sugar Ray y pegaba
como Dempsey.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Llevé a Hemingway contra las
cuerdas. No podía caerse. Cada vez que empezaba a caerse, yo lo enderezaba con
un nuevo golpe. Era un asesinato. Muerte en la tarde.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Me eché hacia atrás y el señor
Hemingway cayó hacia adelante, sin sentido y ya frío.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Desaté mis guantes con los
dientes, me los saqué, y salté fuera del ring. Caminé hacia mi vestuario; es
decir, el vestuario del señor Hemingway, y me di una ducha. Bebí una botella de
cerveza, encendí un puro y me senté en el borde de la mesa de masajes. Entraron
a Ernie y lo tendieron en otra mesa. Seguía sin sentido. Yo estaba allí,
sentado, desnudo, observando cómo se preocupaban por Ernie. Había algunas
mujeres en la habitación, pero no les presté la menor atención. Entonces se me
acercó un tipo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Quién eres? —me preguntó—.
¿Cómo te llamas?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Henry Chinaski.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Nunca he oído hablar de ti —dijo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Ya oirás.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Toda la gente se acercó. A Ernie
lo abandonaron. Pobre Ernie. Todo el mundo se puso a mi alrededor. También las
mujeres. Estaba rodeado de ladrillos por todas partes menos por una. Sí, una
verdadera hoguera de clase me estaba mirando de arriba a abajo. Parecía una
dama de la alta sociedad, rica, educada, de todo —bonito cuerpo, bonita cara,
bonitas ropas, todas esas cosas—. Y clase, verdaderos rayos de clase.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Qué sueles hacer? —preguntó
alguien.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Follar y beber.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—No, no… quiero decir en qué
trabajas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Soy friegaplatos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Friegaplatos?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Sí.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Tienes alguna afición?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Bueno, no sé si puede llamarse
una afición. Escribo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Escribes?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Sí.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Qué escribes?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Relatos cortos. Son bastante
buenos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Has publicado algo?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—No.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Por qué?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—No lo he intentado.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Dónde están tus historias?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Allá arriba —señalé una vieja
maleta de cartón.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Escucha, soy un crítico del New
York Times. ¿Te importa si me llevo tus relatos a casa y los leo? Te los
devolveré.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Por mí de acuerdo, culo
sucio, sólo que no sé dónde voy a estar.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La estrella de clase y alta
sociedad se acercó:</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Él estará conmigo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Luego me dijo:</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Vamos, Henry, vístete. Es un
viaje largo y tenemos cosas que... hablar.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Empecé a vestirme y entonces
Ernie recobró el sentido.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Qué coño pasó?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Se encontró con un buen tipo,
señor Hemingway —le dijo alguien.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Acabé de vestirme y me acerqué a
su mesa.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Eres un buen tipo, Papá. Pero
nadie puede vencer a todo el mundo —estreché su mano—. No te vueles los sesos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Me fui con mi estrella de alta
sociedad y subimos a un coche amarillo descapotado, de media manzana de largo.
Condujo con el acelerador pisado a fondo, tomando las curvas derrapando y
chirriando, con el rostro bello e impasible. Eso era clase. Si amaba de igual
modo que conducía, iba a ser un infierno de noche.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El sitio estaba en lo alto de las
colinas, apartado. Un mayordomo abrió la puerta.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—George —le dijo—. Tómate la
noche libre. O, mejor pensado, tómate la semana libre.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Entramos y había un tipo enorme
sentado en una silla, con un vaso de alcohol en la mano.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Tommy —dijo ella—, desaparece.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Fuimos introduciéndonos por los
distintos sectores de la casa.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Quién era ese grandulón?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Thomas Wolfe —dijo ella—. Un
coñazo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hizo una parada en la cocina para
coger una botella de bourbon y dos vasos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Entonces dijo:</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Vamos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La seguí hasta el dormitorio.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
A la mañana siguiente nos
despertó el teléfono. Era para mí. Ella me alcanzó el auricular y yo me
incorporé en la cama.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Señor Chinaski?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Sí?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Leí sus historias. Estaba tan
excitado que no he podido dormir en toda la noche. ¡Es usted seguramente el
mayor genio de la década!</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Sólo de la década?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Bueno, tal vez del siglo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Eso está mejor.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Los editores de Harperis y
Atlantic están ahora aquí conmigo. Puede que no se lo crea, pero cada uno ha
aceptado cinco historias para su futura publicación.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Me lo creo —dije.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El crítico colgó. Me tumbé. La
estrella y yo hicimos otra vez el amor.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>Charles Bukowski</b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-8853164121405539782015-04-14T21:05:00.000-07:002015-04-14T21:05:05.396-07:00La recensión <div style="background-color: white; text-align: justify;">
Una recensión es dos cosas:</div>
<div style="background-color: white; margin-left: 21pt; text-align: justify;">
1.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;"> </span>un <b>resumen</b> y</div>
<div style="background-color: white; margin-left: 21pt; text-align: justify;">
2.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;"> </span>una <b>valoración personal de una obra cultural, literaria o artística</b>. No es un proceso fácil: debes fijarte atentamente en lo que estás leyendo y no perder el hilo del libro. </div>
<div style="background-color: white; margin-left: 3pt; text-align: justify;">
Sirve para:</div>
<div style="background-color: white; margin-left: 21pt; text-align: justify;">
a.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;"> </span>Profundizar en la lectura de un libro y aprender de él.</div>
<div style="background-color: white; margin-left: 21pt; text-align: justify;">
b.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;"> </span>Conservar un escrito con el argumento y la impresión que te causó un libro leído tiempo atrás.</div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
Ingredientes de una recensión:</div>
<div style="background-color: white; margin-left: 57pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: 13.5pt;">1.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;"> </span></span>Presentación. En primer lugar, los datos del libro cuya finalidad no es otra que tener su "carnet de identidad": autor (de quién es hijo), editorial (dirección), fecha y lugar de publicación (fecha y lugar de nacimiento) y número de páginas. Una vez que sabemos de qué vamos a hablar, es necesario enmarcar la obra en la trayectoria profesional de su "padre" con unas breves pinceladas biográficas que nos darán una idea de sus intereses y prestigio, lo que nos ayudará a valorar la obra y su contenido.<span style="font-size: 13.5pt;"></span></div>
<div style="background-color: white; margin-left: 57pt; text-align: justify;">
2.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;"> </span>Resumen del contenido del libro destinado a dar noticia de él. En el siguiente punto desarrollaremos este apartado.</div>
<div style="background-color: white; margin-left: 57pt; text-align: justify;">
3.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;"> </span>Valoración crítica orientada a examinar la obra (no al autor). Destacar los aspectos positivos y negativos si los hubiera.</div>
<div style="background-color: white; margin-left: 57pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; margin-left: 57pt; text-align: justify;">
Ejercicios: Hacer un recensión del libro <i><b>Los inocentes </b></i>de Oswaldo Reynoso.</div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-47460144808155658782015-04-09T13:06:00.000-07:002015-04-09T13:06:05.671-07:00El oficio de escribir según Gabriel García Márquez<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfUaUY3T1mbZwHgPYqvvyG9eKI-ZCF7Fr2b2XKOludhZhPJC8IxESxUtDtp_rB0lQr2fTfO4hZgzgyt5dWMsKb5Sivvzk9eVjaK80SJWfdH-D-X9EFAbH7d32bJVt_QJ_kv4nh7pe1Xss/s1600/gabo2015.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfUaUY3T1mbZwHgPYqvvyG9eKI-ZCF7Fr2b2XKOludhZhPJC8IxESxUtDtp_rB0lQr2fTfO4hZgzgyt5dWMsKb5Sivvzk9eVjaK80SJWfdH-D-X9EFAbH7d32bJVt_QJ_kv4nh7pe1Xss/s1600/gabo2015.jpg" height="320" width="256" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><strong style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: medium; line-height: 21px; text-align: justify;">Fotografía:</strong><span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', Times, serif; font-size: small; line-height: 21px; text-align: justify;">EFE. La imagen es de febrero de 1970, fue tomada en Barcelona, España.</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="descripcionArticulos" style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', Times, serif; line-height: 21px; padding-top: 10px; text-align: justify;">
<div style="border: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">
El oficio del escritor (del real escritor) es muy complejo. Se escribe por disciplina, se escribe por necesidad, se escribe porque sí, se escribe para sumar unos pesos a la cuenta. Gabriel García Márquez lo explicó muy bien en <i><b>Desventuras de un escritor de libros</b></i>. </div>
<div style="border: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br style="background-color: white; text-align: -webkit-right;" /></div>
<div class="descripcionArticulos" style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', Times, serif; line-height: 21px; text-align: left;">
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>Escribir libros es un oficio suicida. Ninguno exige tanto tiempo, tanto trabajo, tanta consagración en relación con sus beneficios inmediatos. No creo que sean muchos los lectores que al terminar la lectura de un libro, se pregunten cuántas horas horas de angustias y de calamidades domésticas, les han costado al autor esas doscientas páginas y cuánto ha recibido por su trabajo. Para terminar pronto, conviene decir a quien no lo sepa, que el escritor se gana solamente el diez por ciento de lo que el comprador paga por el libro en la librería.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>De modo que el lector que compró un libro de veinte pesos sólo contribuyó con dos pesos a la subsistencia del escritor. El resto se lo llevaron los editores, que corrieron el riesgo de imprimirlo, y luego los distribuidores y los libreros.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>Esto parecerá todavía más injusto, cuando se piense que los mejores escritores son los que suelen escribir menos y fumar más, y es por tanto normal que necesitan por lo menos dos años y veintinueve mil doscientos cigarrillos para escribir un libro de doscientas páginas. Lo que quiere decir, en buena aritmética que nada más en lo que se fuman se gastan una suma superior a la que van a recibir por el libro.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>Por algo, me decía un amigo escritor "todos los editores, distribuidores y libreros son ricos y todos los escritores somos pobres".</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>El problema es más crítico en los países subdesarrollados, donde el comercio de libros es menos intenso, pero no exclusivo de ellos. En los Estados Unidos que es el paraíso de los escritores de éxito por cada autor que se vuelve rico de la noche a la mañana con la lotería de las ediciones de bolsillo, hay centenares de escritores aceptables condenados a cadena perpetua bajo la gota helada del diez por ciento.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>El último caso espectacular de enriquecimiento con causa en los Estados Unidos, es el del novelista Truman Capote con su libro </b><i>In Cold Blood (A sangre fría)</i><b>, que en las primeras semanas le produjo medio millón de dólares en regalías, y una cantidad similar por los derechos para el cine.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>En cambio Albert Camus, que seguirá en las librerías cuando ya nadie se acuerde del estupendo Truman Capote, vivía de escribir argumentos cinematográficos con seudónimo, para poder seguir escribiendo sus libros.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>El premio Nobel que recibió pocos años antes de morir, apenas fue un desahogo momentáneo para sus calamidades domésticas acarrea consigo solamente lo que significa un alivio de unos cuarenta mil dólares más o menos, lo que en estos tiempos cuesta una casa con un jardín para los niños.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>Mejor aunque involuntario, fue el negocio que hizo Jean Paul Sartre al rechazarlo, pues con su actitud ganó un justo y merecido prestigio de independencia, que aumentó la demanda de sus libros.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>Muchos escritores añoran al antiguo mecenas rico y generoso señor que mantenía a los artistas para que trabajaran a gusto. Aunque con otra cara, los mecenas existen. Hay grandes consorcios financieros que a veces por pagar menos impuestos, otras veces por disipar la imagen de tiburones que se ha formado de ellos la opinión pública, y no muchas veces por tranquilizar sus conciencias, destinan sumas considerables a patrocinar el trabajo de los artistas.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>Pero los escritores somos gentes a quienes nos gusta hacer lo que nos da la gana, y sospechamos, acaso sin fundamento que el patrocinador compromete la independencia de pensamiento y expresión, y origina compromisos indeseables.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>En mi caso, prefiero escribir sin subsidios de ninguna índole, no sólo porque padezco de un estupendo delirio de persecución sino porque cuando empiezo a escribir ignoro por completo con quien estaré de acuerdo al terminar.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>Sería injusto que a la postre estuviera en desacuerdo con la ideología del patrocinador, cosa muy probable en virtud del conflictivo espíritu de contradicción de los escritores así, como sería completamente inmoral que por casualidad estuviera de acuerdo.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>El sistema de patrocinio, típico de la vocación paternalista del capitalismo parece sea una réplica a la oferta socialista de considerar al escritor como un trabajador a sueldo del Estado.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>En principio la solución socialista es la correcta, porque libera al escritor de la explotación de los intermediarios. Pero en la práctica hasta ahora y quien sabe por cuanto tiempo, el sistema ha dado origen a riesgos más graves que las injusticias que ha pretendido corregir.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>El reciente caso de dos pésimos escritores soviéticos que han sido condenados a trabajos forzados en Siberia, no por escribir mal sino por estar en desacuerdo con el patrocinador, demuestra hasta qué punto puede ser peligroso el oficio de escribir bajo un régimen sin la suficiente madurez, para admitir la verdad eterna de que los escritores somos unos fascinerosos a quienes los corsés doctrinarios, y hasta las disposiciones legales, nos aprieta más que los zapatos.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>Personalmente, creo que el escritor, como tal, no tiene otra obligación revolucionaria que la de escribir bien. Su inconformismo, bajo cualquier régimen, es una condición esencial que no tiene remedio, porque un escritor conformista muy probablemente es un bandido, y con seguridad es un mal escritor.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>Después de esta triste revisión [...] resulta elemental preguntarse por qué escribimos los escritores. La puesta, por fuerza, es tanto más melodramática cuanto más sincera. Se es escritor, simplemente como se es judío o se es negro. El éxito es alentador, el favor de los lectores es estimulante, pero estas son ganancias suplementarias, porque un buen escritor seguirá escribiendo de todas maneras aún con los zapatos rotos, y aunque sus libros no se vendan.</b></span></div>
<div style="font-family: 'Josefin Sans'; font-size: 19.7999992370605px; line-height: 27.7199993133545px; text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><b>Es una especie de deformación que explica muy bien la barbaridad social de que tanto hombres y mujeres se hayan suicidado de hambre, por hacer, algo que al fin y al cabo, y hablando completamente en serio, no sirve para nada.</b></span></div>
<div style="border: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="border: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">
<em>Fragmento de </em><b>Desventuras de un escritor de libros</b><em>. </em></div>
<div style="border: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">
<em>Texto de julio de 1966, escrito en México y luego cedido al Magazín Dominical del diario </em><strong>El Espectador</strong><em>.</em></div>
</div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-24433310080185845072013-10-15T07:32:00.002-07:002013-10-15T07:32:39.776-07:00El gran Fitzgerald<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLF57N2HjJGiP03sh61YJ07wVkMqylYE8blx08KhW3XUuyu_dCy_ZTTleU5A05JZmFAVu0-i7pbIxNtJJmA7uyKq58FhO3r4wPjiebnYl__2F5j_p1E9vPsjT5t3Er1Ol1AFVrEPgeeKI/s1600/fitzgerald.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLF57N2HjJGiP03sh61YJ07wVkMqylYE8blx08KhW3XUuyu_dCy_ZTTleU5A05JZmFAVu0-i7pbIxNtJJmA7uyKq58FhO3r4wPjiebnYl__2F5j_p1E9vPsjT5t3Er1Ol1AFVrEPgeeKI/s320/fitzgerald.jpg" width="240" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<strong><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial;">Por Fernando Ampuero*<o:p></o:p></span></strong></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<strong><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial;">La gran mayoría</span></strong><span class="apple-converted-space"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial;"> </span><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial;">de
escritores, por si no lo saben, pertenece a una especie benigna de esquizofrénicos.
En cada escritor, digamos, hay dos personas: el autor propiamente dicho, que
existe gracias al acto de escribir, y el sujeto que luego lee o evoca lo que ha
escrito (vale decir, una persona común y corriente, aunque con una eventual
hipertrofia de la autoestima). Francis Scott Fitzgerald, por cierto, fue uno de
estos locos lindos.<span class="apple-converted-space"> </span></span></span><br />
<br />
<span style="background: white;"><b>Fitzgerald creía,
como Simenon, que la literatura no era una profesión, sino una vocación de
infelicidad. Escribía, sin duda, para desnudar su alma, y, en esa franca
impudicia, para embarcar a sus lectores en una visita guiada al nido de todos
sus fracasos. </b>Más claro: quería ser un romántico, pero a la vez un autor
moderno. Y de hecho lo logró. El gran Gatsby (1925), novela que supo reflejar
en la primera hora el sueño americano, retomó uno de los personajes más
interesantes de la literatura universal: el advenedizo, el <i>parvenu</i>, el arribista social. Jay Gatsby es el misterioso, elegante
y gangsteril heredero del Barry Lyndon de Thackeray, del Julien Sorel de
Stendhal, del George Du Roy de Guy de Maupassant. Gatsby no esconde el retrato
de Napoleón bajo la almohada, como Julien Sorel, sino que desea deslumbrar con
sus riquezas malhabidas a la bella y frívola Daisy Miller. Pero no hay vanidad
en ese gesto. Hay amor, del verdadero, del que trastorna para siempre. Gatsby
había conocido a Daisy algunos años atrás, en los días previos a la Primera
Gran Guerra, cuando él era un chico pobre que tenía por toda credencial el
uniforme militar que lo hacía más apuesto. La guerra, y las diferencias
sociales, los separaron. Pero Gatsby hizo fortuna y volvió, compró un palacio
en el West Egg (el balneario chic de Long Island, New York) y conoció a su
vecino, Nick Carraway, el primo de Daisy y el perspicaz testigo-narrador del romance,
de la infatigable ilusión y la espera, de las fiestas espléndidas.</span><br />
<br />
<span style="background: white;">Nick es la simpatía
andando, la sensibilidad, el mago que organiza el relato y consigue que este
melodrama de tres por cuatro se convierta en una obra magistral. Nick, hombre
discreto, es parte de los ricos, pero desprecia su idiotez y su
superficialidad. Nick, por último, se conmueve con Gatsby, tan pronto descubre
que, como tantos advenedizos, cifra en la ostentación "la concepción platónica
de sí mismo" y la esperanza del amor.<span class="apple-converted-space"> </span></span><br />
<br />
<span style="background: white;">Esta novela, como
se sabe, llegó gorda de páginas a las manos de Max Perkins, el editor de
Fitzgerald, y entró en la imprenta igual de sustanciosa, pero mucho más ligera
y esbelta. A pesar de la buena recepción crítica que tuvo la obra -T.S.Eliot y
Edmund Wilson la saludaron con enorme entusiasmo-, tardó déadas en imponerse
como una de las novelas capitales en EE.UU, encabezando por medio siglo todas
las listas de preferencias. Acusan a Fitzgerald de ser excesivamente literario.</span><br />
<br />
<span style="background: white;">Yo discrepo con ese
punto de vista. Lo literario por lo general es un abuso de los adverbios y los
adjetivos que doran la píldora. Fitzgerald, un artista de la palabra, diseña
personajes perfectos, cuaja frases maravillosas y rara vez pierde el
equilibrio. Y si a veces parece que cayera en cursilerías, la suya es una caída
brillante, la pifia lujosa que acompaña a las grandes pasiones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
* <i><b>Viaje de ida</b></i>
(Ensayos/Notas/Prosas), páginas 13 y 14.</div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-76798989327955923062013-09-25T20:21:00.001-07:002013-09-25T20:21:53.030-07:00Sobre escribir en primera personaPor Ernest Hemingway<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<em><span style="background: white; border: none windowtext 1.0pt; color: #222222; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">Cuando empiezas a escribir en primera persona, si las
historias resultan tan reales que la gente se las cree, los lectores pensarán
casi siempre que esas historias te sucedieron de verdad. Y es natural porque,
al inventarlas, hiciste que le sucedieran a la persona que las contaba. Si lo
logras, consigues que el lector crea que estos hechos le sucedieron también a
él. Y si eres capaz de hacerlo, empiezas a conseguir lo que pretendías, que es
construir algo que se convertirá en parte de la experiencia del lector y en
parte de su memoria. Habrá cosas que no notó al leer la historia o la novela,
pero que, sin que se dé cuenta, penetrarán su memoria y su experiencia, de modo
que pasarán a formar parte de su vida. Conseguirlo no es sencillo</span></em><span style="background: white; color: #222222;"><span style="text-align: start;">.</span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<em><span style="background: white; border: none windowtext 1.0pt; color: #222222; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">Aunque no sea sencillo, lo que sí es casi siempre posible
para los miembros de la escuela de detectives privados de crítica literaria es
demostrar que el escritor de ficción que escribe en primera persona seguramente
no ha hecho todo lo que ha hecho el narrador, o tal vez, nada. La importancia
que puede tener o lo que puede demostrar, más allá de que el escritor no carece
de imaginación o de inventiva, es algo que no he entendido jamás.</span></em><span class="apple-converted-space"><i><span style="background: white; border: none windowtext 1.0pt; color: #222222; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"> <o:p></o:p></span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<em><span style="background: white; border: none windowtext 1.0pt; color: #222222; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">En los primeros tiempos en París, solía inventarme hechos no
sólo a partir de mi propia experiencia, sino de las experiencias y el
conocimiento que tenía de mis amigos y de la gente que conocía o que me habían
presentado y recordara, que no fueran escritores. Siempre tuve la suerte de que
mis mejores amigos no fueran escritores y de haber conocido a mucha gente
inteligente que sabía expresarse muy bien. En Italia, cuando estuve allí
durante la guerra, por algo que hubiera visto o me hubiera sucedido a mí,
descubrí cientos y cientos de cosas que le habían sucedido a otra gente que
había vivido la guerra en todas sus fases. Mis pequeñas experiencias me
sirvieron de guía para saber si las historias eran verdaderas o falsas, y
resultar herido fue un santo y seña. Después de la guerra pasé mucho tiempo en
19th Ward y otros barrios italianos de Chicago con un amigo italiano al que
había conocido en el hospital de Milán. Entonces era un joven oficial y había
resultado herido de gravedad en varias ocasiones. Había ido desde Seattle,
creo, a Italia para visitar a su familia, y cuando Italia entró en guerra se
ofreció como voluntario. Éramos muy buenos amigos y él era un narrador excepcional.</span></em><span class="apple-converted-space"><i><span style="background: white; border: none windowtext 1.0pt; color: #222222; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"> <o:p></o:p></span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<em><span style="background: white; border: none windowtext 1.0pt; color: #222222; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">En Italia conocí también a muchos miembros del ejército
británico y de su servicio de ambulancias. Mucho de lo que más adelante inventé
al escribir lo aprendí de ellos. Durante muchos años, mi mejor amigo fue un
joven soldado profesional británico que en 1914 había ido de Sandhurst a Mons,
y que había servido con las tropas hasta el final de la guerra en 1918.</span></em><span class="apple-converted-space"><span style="background: white; color: #222222;"><span style="text-align: start;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-59130188153903330182013-08-15T09:04:00.000-07:002013-08-15T09:04:07.082-07:00Mario Vargas Llosa en brasil<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/qHCLGsvNsBQ" width="560"></iframe>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ahora, esa literatura globalizada
de gran tiraje, de grandes ventas, por ejemplo, Paulo Coelho, Harry Potter, esas
sagas. ¿Eso tiene valor en sí, es bueno en algún aspecto? ¿O es meramente
comercial?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="color: blue;">Yo creo que siempre existió.
Siempre ha existido junto a la literatura seria, una literatura de puro
entretenimiento. No está mal, es preferible que la gente lea a que no lea. ¿No
es cierto? Ahora, lo terrible ocurriría si esa literatura arrolla a la otra y
la desaparece. </span></b><b><span style="color: blue;">Entonces sí me parece muy grave. Yo
creo que esa literatura es una literatura totalmente pasajera, totalmente efímera,
a veces muy divertida, entretenida. Mientras coexista con la otra: la
literatura más permanente, la literatura que tiene raíces, que expresa siempre
una problemática viva, no importa nada, creo que está bien. Y hay un fenómeno
que creo que es muy interesante. Yo he hablado muy mal de la televisión y creo
que tendría que hacer una corrección. Últimamente en la televisión han
comenzado a aparecer unas series donde de pronto hay una creatividad muy
interesante. No sé si han visto, por ejemplo, "The Wire". Es un
fenómeno muy interesante, una creatividad de tipo artístico.</span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-6739206620246096882013-08-15T07:07:00.003-07:002013-08-15T07:07:31.532-07:00Ricardo Piglia: Borges cuentista<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/fHm2GNbiXa0" width="560"></iframe>
<br />
<div style="text-align: justify;">
"<b>Para Borges el problema no es cómo la realidad aparece en la ficción sino de qué manera la ficción aparece en la realidad. Es decir, de qué manera la ficción también construye nuestro concepto de realidad. Y cuando digo ficción no sólo me refiero a la tradición de la ficción que influye sobre los acontecimientos y los sujetos, como puede ser <i>El Quijote</i>: las lecturas de las novelas de caballería que le organizan una realidad distinta a don Quijote. O el caso de <i>Madame Bovary</i>: la lectura de novelas sentimentales construye para ella un mundo, digamos, de ambiciones románticas que tratan de reproducir lo que ha leído. Sino también lo que podríamos llamar también ficciones del Estado, ficciones de los grupos de poder, construcciones imaginarias que también hacen a nuestra vida concreta. De modo que la realidad nunca es tan sencilla y la realidad también está construida con ese juego entre lo posible y lo irreal, digamos. Y me parece que Borges, uno de los efectos que podemos llamar sociales más intensos de la obra de Borges, creo yo, es que nos ayuda a comprender de qué manera la realidad está tejida también con ilusiones, con fantasías, con elementos imaginarios y que muchas veces nuestra concepción inmediata de lo que es la realidad, incluso las realidades personales están siempre también tejidas con ficciones, ficciones que a veces nosotros mismos nos construimos. La idea de quiénes somos también es un relato que nos hacemos a lo largo de nuestra vida, y tenemos la ilusión de que el personaje es siempre es el mismo: somos nosotros que recordamos cómo éramos en la infancia y cuáles son los acontecimientos que motivaron cierto tipo de desdichas o cierto tipo de felicidades... pero en verdad ese relato es un relato imaginario: somos muchos, somos varios al mismo tiempo, nunca podemos hacer una historia tan lineal de nuestra propia vida, nunca los acontecimientos centrales de la vida están construidos con la intensidad con la que nosotros mismos los recordamos, muchas veces aquellas decisiones que nos parecen fundamentales fueron tomadas sin que nos diéramos cuenta, no siempre los momentos de decisión son tan claros como en Hamlet, ¿no? No siempre tenemos el momento en que podemos decidir verdaderamente aquello que vamos a hacer. Muchas veces hacemos las cosas centrales de nuestra vida: nos enamoramos o tomamos decisiones que influyen a lo largo de toda nuestra experiencia, sin darnos cuenta. Luego, retrospectivamente, reconstruimos esa situación: construimos una cierta ficción de lo que somos nosotros mismos y entonces, sí, podemos decir que hemos tenido una vida que ha tenido cierto sentido.</b>" (Ricardo Piglia)</div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>LA FORMA DE LA ESPADA</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Por Jorge Luis Borges</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Le cruzaba la cara una cicatriz rencorosa: un arco ceniciento y casi perfecto que de un lado ajaba la sien y del otro el pómulo. Su nombre verdadero no importa; todos en Tacuarembó le decían el Inglés de La Colorada. El dueño de esos campos, Cardoso, no quería vender; he oído que el Inglés recurrió a un imprevisible argumento: le confió la historia secreta de la cicatriz. El Inglés venía de la frontera, de Río Grande del Sur; no faltó quien dijera que en el Brasil había sido contrabandista. Los campos estaban empastados; las aguadas, amargas; el Inglés, para corregir esas deficiencias, trabajó a la par de sus peones. Dicen que era severo hasta la crueldad, pero escrupulosamente justo. Dicen también que era bebedor: un par de veces al año se encerraba en el cuarto del mirador y emergía a los dos o tres días como de una batalla o de un vértigo, pálido, trémulo, azorado y tan autoritario como antes. Recuerdo los ojos glaciales, la enérgica flacura, el bigote gris. No se daba con nadie; es verdad que su español era rudimental, abrasilerado. Fuera de alguna carta comercial o de algún folleto, no recibía correspondencia.</div>
<div style="text-align: justify;">
La última vez que recorrí los departamentos del Norte, una crecida del arroyo Caraguatá me obligó a hacer noche en La Colorada. A los pocos minutos creí notar que mi aparición era inoportuna; procuré congraciarme con el Inglés; acudí a la menos perspicaz de las pasiones: el patriotismo. Dije que era invencible un país con el espíritu de Inglaterra. Mi interlocutor asintió, pero agregó con una sonrisa que él no era inglés. Era irlandés, de Dungarvan. Dicho esto se detuvo, como si hubiera revelado un secreto.</div>
<div style="text-align: justify;">
Salimos, después de comer, a mirar el cielo. Había escampado, pero detrás de las cuchillas del Sur, agrietado y rayado de relámpagos, urdía otra tormenta. En el desmantelado comedor, el peón que había servido la cena trajo una botella de ron. Bebimos largamente, en silencio.</div>
<div style="text-align: justify;">
No sé qué hora sería cuando advertí que yo estaba borracho; no sé qué inspiración o qué exultación o qué tedio me hizo mentar la cicatriz. La cara del Inglés se demudó; durante unos segundos pensé que me iba a expulsar de la casa. Al fin me dijo con su voz habitual:</div>
<div style="text-align: justify;">
—Le contaré la historia de mi herida bajo una condición: la de no mitigar ningún oprobio, ninguna circunstancia de infamia.</div>
<div style="text-align: justify;">
Asentí. Esta es la historia que contó, alternando el inglés con el español, y aun con el portugués:</div>
<div style="text-align: justify;">
“Hacia 1922, en una de las ciudades de Connaught, yo era uno de los muchos que conspiraban por la independencia de Irlanda. De mis compañeros, algunos sobreviven dedicados a tareas pacíficas; otros, paradójicamente, se baten en los mares o en el desierto, bajo los colores ingleses; otro, el que más valía, murió en el patio de un cuartel, en el alba, fusilado por hombres llenos de sueño; otros (no los más desdichados) dieron con su destino en las anónimas y casi secretas batallas de la guerra civil. Éramos republicanos, católicos; éramos, lo sospecho, románticos. Irlanda no sólo era para nosotros el porvenir utópico y el intolerable presente; era una amarga y cariñosa mitología, era las torres circulares y las ciénagas rojas, era el repudio de Parnell y las enormes epopeyas que cantan el robo de toros que en otra encarnación fueron héroes y en otras peces y montañas... En un atardecer que no olvidaré, nos llegó un afiliado de Munster: un tal John Vincent Moon.</div>
<div style="text-align: justify;">
Tenía escasamente veinte años. Era flaco y fofo a la vez; daba la incómoda impresión de ser invertebrado. Había cursado con fervor y con vanidad casi todas las páginas de no sé qué manual comunista; el materialismo dialéctico le servía para cegar cualquier discusión. Las razones que puede tener un hombre para abominar de otro o para quererlo son infinitas: Moon reducía la historia universal a un sórdido conflicto económico. Afirmaba que la revolución está predestinada a triunfar. Yo le dije que a un gentleman sólo pueden interesarle causas perdidas... Ya era de noche; seguimos disintiendo en el corredor, en las escaleras, luego en las vagas calles. Los juicios emitidos por Moon me impresionaron menos que su inapelable tono apodíctico. El nuevo camarada no discutía: dictaminaba con desdén y con cierta cólera.</div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando arribamos a las últimas casas, un brusco tiroteo nos aturdió. (Antes o después, orillamos el ciego paredón de una fábrica o de un cuartel.) Nos internamos en una calle de tierra; un soldado, enorme en el resplandor, surgió de una cabaña incendiada. A gritos nos mandó que nos detuviéramos. Yo apresuré mis pasos, mi camarada no me siguió. Me di vuelta: John Vincent Moon estaba inmóvil, fascinado y como eternizado por el terror. Entonces yo volví, derribé de un golpe al soldado, sacudía Vincent Moon, lo insulté y le ordené que me siguiera. Tuve que tomarlo del brazo; la pasión del miedo lo invalidaba. Huimos, entre la noche agujereada de incendios. Una descarga de fusilería nos buscó; una bala rozó el hombro derecho de Moon; éste, mientras huíamos entre pinos, prorrumpió en un débil sollozo.</div>
<div style="text-align: justify;">
En aquel otoño de 1922 yo me había guarecido en la quinta del general Berkeley. Éste (a quien yo jamás había visto) desempeñaba entonces no sé qué cargo administrativo en Bengala; el edificio tenía menos de un siglo, pero era desmedrado y opaco y abundaba en perplejos corredores y en vanas antecámaras. El museo y la enorme biblioteca usurpaban la planta baja: libros controversiales e incompatibles que de algún modo son la historia del siglo XIX; cimitarras de Nishapur, en cuyos detenidos arcos de círculo parecían perdurar el viento y la violencia de la batalla. Entramos (creo recordar) por los fondos. Moon, trémula y reseca la boca, murmuró que los episodios de la noche eran interesantes; le hice una curación, le traje una taza de té; pude comprobar que su “herida” era superficial. De pronto balbuceó con perplejidad:</div>
<div style="text-align: justify;">
—Pero usted se ha arriesgado sensiblemente.</div>
<div style="text-align: justify;">
Le dije que no se preocupara. (El hábito de la guerra civil me había impelido a obrar como obré; además, la prisión de un solo afiliado podía comprometer nuestra causa.)</div>
<div style="text-align: justify;">
Al otro día Moon había recuperado el aplomo. Aceptó un cigarrillo y me sometió a un severo interrogatorio sobre los “recursos económicos de nuestro partido revolucionario”. Sus preguntas eran muy lúcidas; le dije (con verdad) que la situación era grave. Hondas descargas de fusilería conmovieron el Sur. Le dije a Moon que nos esperaban los compañeros. Mi sobretodo y mi revólver estaban en mi pieza; cuando volví, encontré a Moon tendido en el sofá, con los ojos cerrados. Conjeturó que tenía fiebre; invocó un doloroso espasmo en el hombro.</div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces comprendí que su cobardía era irreparable. Le rogué torpemente que se cuidara y me despedí. Me abochornaba ese hombre con miedo, como si yo fuera el cobarde, no Vincent Moon. Lo que hace un hombre es como si lo hicieran todos los hombres. Por eso no es injusto que una desobediencia en un jardín contamine al género humano; por eso río es injusto que la crucifixión de un solo judío baste para salvarlo. Acaso Schopenhauer tiene razón: yo soy los otros, cualquier hombre es todos los hombres, Shakespeare es de algún modo el miserable John Vincent Moon.</div>
<div style="text-align: justify;">
Nueve días pasamos en la enorme casa del general. De las agonías y luces de la guerra no diré nada: mi propósito es referir la historia de esta cicatriz que me afrenta. Esos nueve días, en mi recuerdo, forman un solo día, salvo el penúltimo, cuando los nuestros irrumpieron en un cuartel y pudimos vengar exactamente a los dieciséis camaradas que fueron ametrallados en Elphin. Yo me escurría de la casa hacia el alba, en la confusión del crepúsculo. Al anochecer estaba de vuelta. Mi compañero me esperaba en el primer piso: la herida no le permitía descender a la planta baja. Lo rememoro con algún libro de estrategia en la mano: E N. Maude o Clausewitz. “El arma que prefiero es la artillería”, me confesó una noche. Inquiría nuestros planes; le gustaba censurarlos o reformarlos. También solía denunciar “nuestra deplorable base económicá', profetizaba, dogmático y sombrío, el ruinoso fin. C'est une affaire flambée murmuraba. Para mostrar que le era indiferente ser un cobarde físico, magnificaba su soberbia mental. Así pasaron, bien o mal, nueve días.</div>
<div style="text-align: justify;">
El décimo la ciudad cayó definitivamente en poder de los Black and Tans. Altos jinetes silenciosos patrullaban las rutas; había cenizas y humo en el viento; en una esquina vi tirado un cadáver, menos tenaz en mi recuerdo que un maniquí en el cual los soldados interminablemente ejercitaban la puntería, en mitad de la plaza... Yo había salido cuando el amanecer estaba en el cielo; antes del mediodía volví. Moon, en la biblioteca, hablaba con alguien; el tono de la voz me hizo comprender que hablaba por teléfono. Después oí mi nombre; después que yo regresaría a las siete, después la indicación de que me arrestaran cuando yo atravesara el jardín. Mi razonable amigo estaba razonablemente vendiéndome. Le oí exigir unas garantías de seguridad personal.</div>
<div style="text-align: justify;">
Aquí mi historia se confunde y se pierde. Sé que perseguí al delator a través de negros corredores de pesadilla y de hondas escaleras de vértigo. Moon conocía la casa muy bien, harto mejor que yo. Una o dos veces lo perdí. Lo acorralé antes de que los soldados me detuvieran. De una de las panoplias del general arranqué un alfanje; con esa media luna de acero le rubriqué en la cara, para siempre, una media luna de sangre. Borges: a usted que es un desconocido, le he hecho esta confesión. No me duele tanto su menosprecio”.</div>
<div style="text-align: justify;">
Aquí el narrador se detuvo. Noté que le temblaban las manos.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y Moon? —le interrogué.</div>
<div style="text-align: justify;">
—Cobró los dineros de Judas y huyó al Brasil. Esa tarde, en la plaza, vio fusilar un maniquí por unos borrachos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Aguardé en vano la continuación de la historia. Al fin le dije que prosiguiera.</div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces un gemido lo atravesó; entonces me mostró con débil dulzura la corva cicatriz blanquecina.</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Usted no me cree? —balbuceó—. ¿No ve que llevo escrita en la cara la marca de mi infamia? Le he narrado la historia de este modo para que usted la oyera hasta el fin. Yo he denunciado al hombre que me amparó: yo soy Vincent Moon. Ahora desprécieme.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
1942</div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-8797399222694021282013-05-08T19:12:00.002-07:002013-05-08T19:12:06.607-07:00DIEZ CLAVES PARA ESCRIBIR<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQynwQT7UBUBtHAFSkb82T2eRZ4VxFkY-VwEHgRfvikaQWzhbmrK2_cNMIfywCb4mc449gflWEk3bvC9ctlGVTe_DMnSD40uFZxbaKiIM0L_WZfhpp8FOiXk0lVjsMN1UDQzL9ONRtS1g/s1600/LA_LOCA_DE_LA_CASA_ROSA_MONTERO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQynwQT7UBUBtHAFSkb82T2eRZ4VxFkY-VwEHgRfvikaQWzhbmrK2_cNMIfywCb4mc449gflWEk3bvC9ctlGVTe_DMnSD40uFZxbaKiIM0L_WZfhpp8FOiXk0lVjsMN1UDQzL9ONRtS1g/s400/LA_LOCA_DE_LA_CASA_ROSA_MONTERO.jpg" width="253" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Consejos de Rosa Montero</td></tr>
</tbody></table>
<div style="background: white; line-height: 13.5pt; margin-bottom: 7.5pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">La escritora Rosa Montero (Madrid, 1951) impartió un cibertaller de
escritura durante la Feria del Libro de Guadalajara en el año 2010. Aquí están
algunos de sus consejos sobre los entresijos de escribir.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 13.5pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<strong style="line-height: inherit;"><span style="font-family: Arial;">1. ¿Para qué se escribe?</span></strong><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Arial;">“Uno no escribe para decir nada,
sino para aprender algo. Escribes porque algo te emociona y quieres compartir
esa emoción. Y tú, sin duda, sientes esas emociones que son más grandes que tú,
y por eso quieres escribir, ¿no? No se trata de soltar mensajes sesudos”.</span></blockquote>
<div style="background-color: white; line-height: 13.5pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<strong style="line-height: inherit;"><span style="font-family: Arial;">2. ¿Cómo empezar?</span></strong><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Arial;">“Toma notas de las <b>cosas que te llamen la atención o te
emocionen</b>. Y déjalas crecer en la cabeza. Luego, escribe un cuento en torno
a una de las ideas… Para hacer dedos, también hay ejercicios. Por ejemplo, <b>escribe un recuerdo importante de tu vida
contado por otra persona.</b> Puedes hacer ejercicios como <b>escribir algo que haya sido muy importante en tu vida, quizá en tu
infancia, pero contado desde fuera por un narrador real (por ejemplo un tío
tuyo) o inventado, e incluyéndote como personaje</b>”.</span></blockquote>
<div style="background-color: white; line-height: 13.5pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<strong style="line-height: inherit;"><span style="font-family: Arial;">3. ¿Cómo enfrentarse a la página en
blanco?</span></strong><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Arial;">“Llamar la atención es el
primer paso. El huevecillo. Déjalo crecer en la cabeza… Juega a imaginar en
torno a eso. Consecuencias de los hechos, posibilidades… <b>Se escribe sobre todo en la cabeza. Y cuando tengas más o menos una historia,
escríbela</b>.</span></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Arial;">En cuanto a la rutina,
depende del escritor. Tienes que encontrar tu método. Yo no tengo rutinas
horarias, pero para escribir desde luego tienes que trabajar. Siempre es bueno
forzarte a sentarte todos los días un rato, aunque no sea a la misma hora, y
aunque no escribas nada”.</span></blockquote>
<div style="background-color: white; line-height: 13.5pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<strong style="line-height: inherit;"><span style="font-family: Arial;">4. ¿Es bueno escribir sobre uno
mismo?</span></strong><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Arial;">“<b>Hay escritores que hablan de su propia
vida, pero que son tan buenos que consiguen convertirla en algo universal (como
Proust o Conrad en<span class="apple-converted-space"> </span><em style="line-height: inherit;">El corazón de las
tinieblas</em>) y otros que cuentan cosas que no tienen nada que ver con
ellos en apariencia, pero que las sienten como propias</b>. O sea, que es un
problema de calidad… <b>Si eres bueno,
aunque narres algo real, harás algo universal.</b> Eso sí, creo que hay más
posibilidades de hacer mala literatura si escribes de tu propia vida, sobre
todo si eres un autor joven. El autor joven siempre escribe de sí mismo aun
cuando hable de los demás, y el autor maduro siempre escribe de los demás aun
si habla de sí mismo. Ése es el lugar que hay que ocupar. La distancia con lo
narrado. No importa que el tema sea ‘personal’ si lo escribes desde fuera”.</span></blockquote>
<div style="background-color: white; line-height: 13.5pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<strong style="line-height: inherit;"><span style="font-family: Arial;">5. ¿Cómo se elige el nombre de un
personaje?</span></strong><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Arial;">“Los personajes suelen traer
su propio nombre. ‘Escucha’ lo que te dicen. Es decir, escucha el nombre que se
te ocurre al pensar en él. El escritor maduro es el que tiene la modestia
suficiente para dejarse contar la novela o el cuento por sus personajes”</span></blockquote>
<div style="background-color: white; line-height: 13.5pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<strong style="line-height: inherit;"><span style="font-family: Arial;">6. ¿Qué hacer ante el bloqueo del
escritor?</span></strong><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Arial;">“Ah, sí, el bloqueo existe,
sin duda. La seca, lo llamaba Donoso, porque se te seca la cabeza. <b>Pero a veces no es un verdadero bloqueo,
sino miedo, exigencia excesiva. No hay manera de escribir sin dudas: siempre se
duda horriblemente. Se escribe a pesar de las dudas. </b>Y el completo goce
tampoco es tal… A menudo escribir es como picar piedra”.</span></blockquote>
<div style="background-color: white; line-height: 13.5pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<strong style="line-height: inherit;"><span style="font-family: Arial;">7. ¿Y ante el embrollo de ideas que
luchan unas con otras?</span></strong><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Arial;">“Sí, ése es un problema. No
has conseguido enamorarte lo suficiente de una idea. A veces me ha pasado. Creo
que es porque le damos demasiadas vueltas racionales: ¿saldrá mejor esta
historia? ¿O esta otra? Ponte frente a tus ideas, escoge la que más te emocione
y olvida las demás”.</span></blockquote>
<div style="background-color: white; line-height: 13.5pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<strong style="line-height: inherit;"><span style="font-family: Arial;">8. ¿Es bueno juntar textos diferentes
sobre el mismo tema?</span></strong><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Arial;">“Pues no me parece mala idea
intentar construir un todo con esos textos… Mira a ver si el conjunto te
sugiere algo más. En estos casos, el todo tiene que aportar algo más que la
suma de las partes… Es un buen ejercicio”.</span></blockquote>
<div style="background-color: white; line-height: 13.5pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<strong style="line-height: inherit;"><span style="font-family: Arial;">9. ¿Hay que dejar dormir los textos?</span></strong><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Arial;">“Tardo unos tres años en cada
novela; el primer año, la historia va creciendo en mi cabeza, en cuadernitos,
en fichas y grandes cuadros de la estructura, personajes, etcétera. Cuando ya
sé todo, los capítulos que va a tener y qué va a pasar, me siento frente a la
computadora, y vuelve a cambiar”.</span></blockquote>
<div style="background-color: white; line-height: 13.5pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<strong style="line-height: inherit;"><span style="font-family: Arial;">10. ¿Cómo encontrar el final de una
novela?</span></strong><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Arial;">“De nuevo, depende de las
personas. <b>A mí el final se me ocurre muy
pronto y escribir es conseguir llegar a ese final… Pero a otros escritores se
les ocurre el final mientras escriben, porque la novela es una criatura viva
que te enseña. Déjate llevar. Es lo que hay que hacer</b>”.</span></blockquote>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-63509887885156446252013-04-24T05:33:00.001-07:002013-04-24T05:33:13.579-07:00Los ingobernables *<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicQKsS7_tOEPm4Gm43Yu-0_67cnQzWBtum2jyieWYNb0stQnalUUAvH2LyUhRzhnJMAVAfmYXalEhLpiXp7iotRoEdmfTPTYN6y-WkkI-kDNpe0qqqWcK7FJeV0XkkF2pJ_7Dp5okYJtY/s1600/morote.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicQKsS7_tOEPm4Gm43Yu-0_67cnQzWBtum2jyieWYNb0stQnalUUAvH2LyUhRzhnJMAVAfmYXalEhLpiXp7iotRoEdmfTPTYN6y-WkkI-kDNpe0qqqWcK7FJeV0XkkF2pJ_7Dp5okYJtY/s320/morote.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>Fernando Morote (</b>Piura, 1962). Autor de las novelas “Los quehaceres de un zángano”
(2009) y “Polvos ilegales, agarres malditos” (2011). También del poemario
“Poesía Metal-Mecánica” (1994). Ganador del Concurso Sexto Continente de Relato
Erótico (Madrid, 2010). Finalista del VII Premio Internacional
Vivendia-Villiers de Relato (Madrid, 2012). Sus textos han sido incluidos en
las antologías “El sabor de tu piel” (2010), “Microantología del Microrrelato
II (2010) y “Eros de Europa y América” (2011) de Ediciones Irreverentes de
España. Varios de sus relatos han sido publicados en la edición digital del
periódico Irreverentes de Madrid. Ha colaborado con diarios y revistas de su
país. Actualmente vive en Nueva York.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
1<b><o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No éramos una banda de delincuentes. Ni siquiera éramos una pandilla de
malandrines. Éramos simplemente nosotros: los ingobernables…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
2<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cuando nos cruzamos por primera vez, en los estrechos pasajes de Pompeya,
supimos que pertenecíamos a la misma estirpe. Haraganes por vocación, nos unía
el lazo común de la indiferencia. Ayudar con las tareas de la casa o cumplir
los deberes del colegio no figuraba entre nuestras prioridades. Nos interesaban
otro tipo de detalles. ¿Soltera o divorciada? ¿Casa propia? A quién podía
importarle. A lo mejor algo no funcionaba bien en nosotros.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Grandes conversadores, no éramos. Guapos, que digamos, tampoco. Corpulentos
o fortachones, ni en broma. Y carro, no teníamos. Adolecíamos por completo de
disciplina. No respondíamos a la imagen de jóvenes dinámicos, graduados con
honores, entrando temprano a engrosar las filas de la fuerza productiva. Muchos
nos señalaban como vulgares y malogrados.
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
3
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Nuestras casas formaban parte de un conjunto habitacional construido bajo
el concepto de viviendas unifamiliares de interés social. Agrupadas en
manzanas, se identificaban con una letra del alfabeto. Podían tener una o dos
plantas, patio y jardín, o sólo uno de ellos, dependiendo del modelo. Cada
unidad llevaba un número. Las calles estaban bautizadas con nombres de flores y
pueblos norteños. Llegar a una urbanización como Pompeya, ubicada en el corazón
de la capital, representaba un símbolo de progreso para nuestros padres. La
mayoría proveníamos de viejos distritos, algunos de lejanas provincias.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
4<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Alguien había intentado sembrar rosas primero, luego geranios. Nada crecía
allí. Todo posible ornamento de jardinería rechazaba nuestra presencia o
sucumbía ante ella. Era un trozo seco de acera coronado por una banca de
cemento. Aunque para los vecinos fuera sólo un nido de pastómanos, para
nosotros era <st1:personname productid="la Esquina" w:st="on">la Esquina</st1:personname>
de las Estrellas. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
De día constituía nuestro rutinario punto de encuentro, el escenario
natural de espontáneos desfiles de modas e improvisados concursos de belleza.
Cada vez que asomaba una buena hembra transformábamos la vereda en una
pasarela. Le cedíamos el paso como caballeros y nos convertíamos en miembros
del jurado. Nos absteníamos de lanzar piropos; los considerábamos un signo de
manipulación barata. En su reemplazo, formulábamos serenas declaraciones
salpicadas de comentarios circunspectos. Luego aplaudíamos asignando un puntaje
valorado a las cualidades apreciadas. De ser el caso, vivábamos con júbilo. En
ocasiones abríamos el debate para resolver eventuales diferencias. Algunas
candidatas, muertas de vergüenza, apuraban la marcha, varias de ellas rozaban
el límite del bochorno, otras decididamente huían, y unas cuantas entraban al
juego, bajaban la velocidad para mostrar lo que tenían, y coqueteaban sin
falsos escrúpulos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Por la noche el espectáculo devenía en algo similar a una función de cine
erótico. Mientras Belaúnde insistía en llamar abigeos a los asesinos de
personas inocentes en remotos caseríos de Ayacucho, nosotros buscábamos en
secreto a nuestra modelo. La espiábamos desnudarse frente a la ventana,
esperando la llegada de su gigantesco marido. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
–¡Ropero! –le gritábamos al infeliz.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Sólo así, parapetados en los tupidos granados de nuestra guarida, nos
vengábamos del escarnio por dejarnos arrechos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p><b><i>* Fragmento</i></b></o:p></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-50632423408945395502013-04-21T06:50:00.002-07:002013-04-21T07:02:38.942-07:00Crear, creer, matar <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ_KfL3v7FLDOIQsfpvcUyq-dUlEpGJlFKTlfRxj4d66ir3cod4EszILUXHl_Wzjs5TfQFV-PjsWLRBOS4fdxvDu_Bk5a0e7vE2aekkjke3ZE2f2f-4jewBe3MAN50F9r-F0iZXrwr3LQ/s1600/salo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ_KfL3v7FLDOIQsfpvcUyq-dUlEpGJlFKTlfRxj4d66ir3cod4EszILUXHl_Wzjs5TfQFV-PjsWLRBOS4fdxvDu_Bk5a0e7vE2aekkjke3ZE2f2f-4jewBe3MAN50F9r-F0iZXrwr3LQ/s400/salo.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><b>Otro relato de un alumno de Taller de Escritura Creativa 2013.</b></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: center;">
</div>
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-align: center;">
<b><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Por Jordan Jáuregui Meza<o:p></o:p></span></b></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-align: right;">
<i><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Te quise como en un bolero y me dejaste como en un
tango.<br />
</span></i><span lang="ES-PE" style="background: white; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—</span><i><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">José Rosas Ribeyro</span></i><span lang="ES-PE" style="background: white; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—</span><i><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-indent: 21.3pt;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="background: white; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
indio de tu padre nunca nos quiso. Así son los indios: malditos, miserables. No
sé qué le fui a ver.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-indent: 21.3pt;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="background: white; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero
yo soy un indio, mamá. ¿No ves que soy marrón? Fíjate en mi nariz, en mis
cabellos, en lo feo que soy. Yo también debo ser un maldito y un miserable.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-indent: 21.3pt;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="background: white; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Tú
no eres indio, hijito. Así que no vuelvas a repetir esa tontería…<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-indent: 21.3pt;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="background: white; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Claro
que lo soy: soy hijo del <i>Indio</i>, soy
idéntico a él. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt; text-justify: inter-ideograph;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Así lo llamamos: el <i>Indio</i>. Ella fue reina de belleza del distrito, la chica más
pretendida, la más bonita del barrio. Aún hoy, algunos viejos la pretenden; y
aún hoy, a sus cincuenta y cinco años, ella rechaza a todos. Fiorella es tan
hermosa como lo fue mi mamá. Cuando la veo, pienso que está pensando como mi
madre al recibir los cortejos de mi padre: «¿qué querrá este indio de mierda
conmigo, por qué me sigue tanto, para qué me da tantas cosas? Nunca le voy a
hacer caso». <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt; text-justify: inter-ideograph;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Quiero comprar algo para regalárselo a
Fiore, pero no tengo dinero. Tendré que llamar al <i>Indio. </i>Nunca me da dinero fácilmente, invento algún libro urgente
para la universidad, y sólo me da la mitad. Es un animal raro, de cerámica,
violeta, cubierto con algodón en algunas partes; cuesta veinte soles. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="background: white; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¿Por qué me das esto?<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="background: white; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Discúlpame, es que, si no te lo doy,
terminaré dándote otra cosa <span style="background: white;">—</span>le digo y
ella sonríe, adivinando, tal vez, que muero por besarla.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="background: white; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Está bien <span style="background: white;">—</span>me contesta, entre resignada y molesta. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 19.8pt; text-justify: inter-ideograph;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Intuyo que Fiorella debe quererme menos
que a su perro: Peluso. Una tarde la acompañé hasta su casa y Peluso salió a
recibirla. Era un ser muy amigable. Aquella vez, salió saltando y moviendo la
cola, como de costumbre. Estaba tan contento, que hasta por un momento me
contagió su alegría, y dejé de pensar en el indio miserable que soy. Tan
contento, que no vio el carro que terminó pasando sobre una de sus patas. El
maldito conductor se dio a la fuga, pero a «Pelu» no lo perdimos de vista. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-indent: 19.8pt;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sí, soy un indio
maldito. El perro está bien, en realidad eso sólo ocurrió en mi mente… <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 14.1pt; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 19.8pt; text-justify: inter-ideograph;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="background: white; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Me urge mucho estar
ebrio, no me sentiré mejor: sólo lloraré por todo lo que todavía no me atrevo a
liberar. No quiero escribir, sólo fugarme a la mierda. No puedo, ¡carajo!, no
puedo escribir. Nunca he escrito desde el dolor, aunque sea eso lo que siempre
me digo. No puedo escribir herido, no puedo contenerme la sangre con una mano y
escribir con la otra. No puedo escribir con los pies—o quizá sí y ésta es la
mejor muestra de ello—: Fiorella, no puedo contarle a estos extraños cómo
mierda se dibuja mi paso al seguirte. Me dueles esta noche, tanto como la noche
en que comencé a esperarte. No tengo fuerzas para desdoblarme, para sentarme en
una butaca y ver cómo te pienso, y escribir cómo me siento, cómo me siento en
la butaca. Fiorella, si estuvieras esta noche conmigo, <i>Saló</i> sería poca cosa, te lo juro; aunque no creas en lo que siento.
Ahora creo que a esa película le hacen falta Pelusos.</span></div>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-15529891917689378712013-03-18T05:56:00.001-07:002013-03-18T06:00:04.547-07:00LA CHICA DE BUTICELLICompartimos una narración de un alumno del Taller Virtual de Escritura Creativa. El autor es Alexander Campos (Santa Cruz, Cajamarca, Perú, 1990).<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1W_BRQbSl2YbNqH-R6BQjGq9aRITEy-3fvXWO9vYBAdJ2u8DI832iE7WOfgUIT9odA03sOx1mef6EZ_1Twp0eLkWnsXQKL7JNVNcM6hWJMDp9DQEivR8HTaW5Ol94zSN7C16pnjE2qOA/s1600/servicios_sexuales.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1W_BRQbSl2YbNqH-R6BQjGq9aRITEy-3fvXWO9vYBAdJ2u8DI832iE7WOfgUIT9odA03sOx1mef6EZ_1Twp0eLkWnsXQKL7JNVNcM6hWJMDp9DQEivR8HTaW5Ol94zSN7C16pnjE2qOA/s320/servicios_sexuales.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b><span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">LA CHICA DE BUTICELLI<o:p></o:p></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b><span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">Por Alexander Campos Soto<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt 106.2pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt 106.2pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="background-color: white; font-size: 12pt;"><b><span style="color: blue;">“Tal vez sea
bueno que el sexo haya pasado ser algo natural para el común de los mortales.
Para mí nunca lo fue, no lo es. Ver a una mujer desnuda en una cama ha sido
siempre la más inquietante y turbadora de las experiencias.”<o:p></o:p></span></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt 70.8pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"><b><span style="background-color: white;"><span style="color: blue;"> Mario Vargas Llosa, </span></span><i><span style="background-color: white;"><span style="color: blue;">El pez en el agua</span></span><span style="background-color: blue;"><o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt 70.8pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">En
aquellos años yo vivía en Lima, era joven, y, las personas que me conocían, me
consideraban apuesto e inteligente, con un futuro prometedor —cosa que jamás
llegué a creer—. Y ahora, con los embates del tiempo, confieso que fue todo lo
contrario. De apuesto no me queda ya un recuerdo fijo. Sí, como verán, me
clasifico como un perdedor, un escritor fracasado, con miles de proyectos que
se quedaron en el tintero. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">Lima,
durante el invierno, es una ciudad inapropiada para las almas puras y para la
melancolía. Y lo único que hacía era leer largas novelas que me compraba con la
ayuda de un pariente, que vivía al otro lado del mundo. Tenía las cosas claras:
sería escritor y, sobre todo, viviría en París, escribiendo las historias que
me harían famoso. No como ahora que me he convertido en una carroña y ya unas
canas blancas brotan de mi cabeza. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">Después
de terminar alguna lectura, me refugiaba en algún café-internet, leía blogs
literarios, portales noticiosos (sobre todo, la sección cultural). Y los
sábados por la mañana partía hacia el
otro extremo de la ciudad, a la casa de un notable escritor para que revisara
mis manuscritos. Todo marchaba perfecto, al menos eso creía yo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">Cuando,
no recuerdo cómo, me topé con una extraña página web (muy distinta las que
solía frecuentar). Se ofrecía muchachas
de distintas nacionalidades y edades. Desde luego, todas hermosas, blancas como
copos de nieve, morenas como el color del pan tostado. Esas imágenes sensuales
me entusiasmaron y pensé que la chica de mis sueños —en esos tiempos tenia
sueños, ahora no— estaba ahí, refugiada en el mundo del ciberespacio sexual,
esperando que al hombre correcto, aquel que la salvara (en este caso vendría
hacer yo) para siempre. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">Y
en efecto la encontré, pues en la página estaban todos sus datos, su número de
teléfono y, por supuesto, sus medidas, que eran sin exagerar, las medidas
idóneas, perfectas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">Un
viernes por la tarde decidí llamarla, recuerdo que estaba nervioso, y un leve
sudor nacía de mi frente. Ella tenía un dejo raro al hablar, y a la vez noté
que ese dejo le producía una cierta elegancia difícil de definir. Pactamos la
cita a las siete de la noche, en el hotel Pacífico de Miraflores. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">Siempre
acostumbro llegar a las citas a la hora prevista. Y aquella vez no fue la
excepción. El hotel se mostraba acogedor. No tardé mucho en registrarme, la
recepcionista me pareció tan cordial que
llegué a pensar que se había enamorado de mí. Un camarero de rasgos andinos, me
condujo hasta la habitación. A pesar de estar fría, era grande y espaciosa,
había sobre la cama una pila de toallas, jabones de baño junto a un rollo de
papel higiénico. Una mesita en forma de óvalo, acompañada de dos sillas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">Despaché
al camarero, sin darle una propina (ya que en ese tiempo yo también vivía de
propinas y mi encuentro con esa criatura de fábula se pudo gestar gracias al
ahorro de varios meses). Fui al baño, me alisé el cabello. Y reposé sobre una
silla de madera esperando a que llegara la muchacha del aviso sexual. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">No
pasó mucho tiempo y, en el pasillo, el sonido que producían sus zapatos (tacos
altos) con el piso me percató de su presencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">Toco
la puerta y, al abrirla, una leve ráfaga de aire acarició mi cara.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;">—¡Oh,
no puede ser! —exclamó sorprendida, mientras pasó a la habitación. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"> —¿No puede ser qué? —pregunté de
inmediato.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"> —En esta habitación tuve mi primer
encuentro hace muchos años. Nunca he coincidido en la misma habitación. Creo
que es señal de buena suerte, ¿no?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"> —Tú no eres la chica del aviso —le
reclamé, algo furioso—. ¡No eres! Estás un poco gorda y no me gustas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"> —Bueno, papito, no tengo todo el
tiempo. Decide tú, yo no me hago paltas…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"> Me quedé en silencio contemplando
con un inocultable asco sus formas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"> —¿Vamos a acostarnos o no?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"> Asentí con la cabeza. Ella cerró la
puerta y se empezó a desnudar maquinalmente y se acostó en la cama.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"> —Ven —me llamó—. No te voy a
defraudar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"> Le hice caso y, al poner la cabeza
sobre la almohada, cerré los ojos. Ella me quitaba la ropa con paciencia y yo
trataba de pensar en otra cosa. Me hizo sexo oral y luego me dijo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"> —Ya puedes subir, estoy lista.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"> Fue la peor relación sexual de mi
vida. Apenas terminamos me metí a la ducha y estuve como media hora allí. Salí
cuando el agua se enfrió demasiado y ya me resultaba intolerable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 12pt;"> Ella ya se había ido. Descubrí que
dejó una notita con su nombre: Soy Nadia, la chica de Buticelli. Mi correo </span><span lang="ES-PE"><a href="mailto:nadialove@hotmail.com"><span style="font-size: 12pt;">nadialove<span style="background: white;">@hotmail.com</span></span></a></span><span lang="ES-PE" style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; font-size: 12pt;"> y mi celular 954853546.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; font-size: 12pt;"> Rompí la tarjeta y me
puse a llorar. El mundo era muy injusto: hasta las putas se burlaban de mí. ¿Buticelli
o Botticelli? ¿A quién se refería esa estafadora ignorante?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; font-size: 12pt;"> Antes de irme, recogí
del suelo los pedazos de la tarjeta. Al llegar a casa, armé el pequeño
rompecabezas y le mandé un correo electrónico en donde le informaba que había
sido el mejor polvo de mi vida. “Te extraño”, le dije al final y me sentí un
mentiroso profesional. Creo que aún puedo ser escritor, a pesar de todo.<o:p></o:p></span></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-48624037181030927942013-02-20T05:16:00.003-08:002013-02-20T05:24:10.647-08:00"El binomio madre-hijo, en muchos casos, ha sido fundamental para forjar talentos y para su trascendencia en la historia"<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidRro-brFVk6hREBy8LE2zxEXXzky_TdNRVncaGuwo67xr95uGRUpryxFM3FVlamf5ie0zNDClJyL94m9ua7YHKJRx3DFAhZV0kCK7RfG0v1Lbrzkw2O_myvnc7QY0WGESdXmZ-URmjHQ/s1600/tesla.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="251" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidRro-brFVk6hREBy8LE2zxEXXzky_TdNRVncaGuwo67xr95uGRUpryxFM3FVlamf5ie0zNDClJyL94m9ua7YHKJRx3DFAhZV0kCK7RfG0v1Lbrzkw2O_myvnc7QY0WGESdXmZ-URmjHQ/s400/tesla.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: blue;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Nikola Tesla (1856-1943), un brillante científico que habría rechazado en alguna oportunidad el premio Nobel de Física. </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: x-small;">Su madre no tuvo educación formal alguna, sin embargo, "era brillante y tenía una memoria excepcional". Tesla siempre decía que su progenitora era la fuente de sus capacidades intelectuales.</span></span></td><td class="tr-caption"><br /></td></tr>
</tbody></table>
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px;">Se recomendó ver los fragmentos de siete películas (seleccionadas arbitrariamente por Orlando Mazeyra Guillén), en este enlace:</span><br />
<a href="http://www.youtube.com/watch?v=-7kZtc8LaFs&feature=youtu.be" style="background-color: white; color: #999999; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; text-decoration: initial;">http://www.youtube.com/watch?v=-7kZtc8LaFs&feature=youtu.be</a><br />
<br style="background-color: white; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px;" />
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px;">Y, luego, se formularon algunas preguntas. Acá las respuestas de Paolo Alonso M.</span><br />
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px;"><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>[1] Al comienzo,
tenemos “A Bronx Tale” (Un cuento del Bronx, 1993), dirigida por Robert De
Niro; el narrador-personaje, Caloyero, nos cuenta, a la distancia, sus
recuerdos de infancia; en un fragmento, su padre, un chofer de microbús, le
habla de que no hay nada peor en la vida que…<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b> · ¿Por
qué intuye usted que el padre le dice esto a su hijo? ¿Lo puede imaginar?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Quizá porque su
padre no logró sus objetivos utilizando el talento que le fue cedido, y por eso
terminó como chofer y de allí que le comente a su hijo que no desperdicie el
talento que puede explotar en el béisbol o en otra actividad, haciendo todo lo
posible por canalizar bien sus cualidades para trascender.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b> ·
¿Cree usted que todos los seres humanos nacemos con talentos? <o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>En cierta medida
creo que sí, pero, por diferentes circunstancias y relaciones sociales, esos
enfoques van cambiando y tornándose diferentes, por tal cuestión, resulta muy
importante ante esa certeza de qué sabemos hacer mejor, ser guiados o escuchar
siempre las palabras de un tutor, de un padre o de alguien que tenga la
experiencia necesaria para poder desarrollar ese talento y no desperdiciarlo
por el camino falso y oscuro, como lo eran esos tipos que parecían tener el
dominio y un negocio turbio en el barrio.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· ¿Qué talento o talentos crees que se
necesita(n) para crear (novelas, cuentos, películas, obras de teatro,
etcétera)?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Es posible que
exista una orientación básica al talento para construir escritos al ritmo del
pensamiento, sin embargo, de acuerdo a la corriente literaria en dedicación,
hay elementos y virtudes sumándose en la actividad diaria del “presenciador” o
del experimentador. La sensibilidad por los hechos es vital para percibir
detalles y emociones que escaparían a cualquiera. Por otro lado, está el drama
existente o el dramatismo generado por nosotros mismos, la insistencia por las
inflexiones a cada momento, la comunicación especial con el cosmos, el
crecimiento del espectro de la intimidad, la capacidad de crítica instantánea,
la elocuencia en contra del sosiego, el sosiego en contra de la velocidad. El
talento ramificado en este desarrollo de virtudes crea una construcción
sintética de elementos sumatorios que coinciden en un instante, en un momento
que viene luego de una constancia afiebrada por seguir aprendiendo y conociendo
para la creación de un laberinto semejante a un universo imaginario. El talento
se mantiene vigente con la constancia que le dedique el que acepte este reto de
formarse como escritor.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>[2] En segundo
lugar vemos el comienzo una de las películas más hermosas que pude ver en mi
vida: “Cinema Paradiso” (1988), del director italiano Giuseppe Tornatore; al
inicio la madre del personaje principal lo llama para darle una noticia
importantísima…<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· ¿Cómo podría describir usted la sensación
que siente el personaje principal al enterarse de que Alfredo ha muerto? Métase
en la piel del personaje antes de describir la sensación…<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Comienza la
retrospectiva:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>No podría ser más
indiferente, el trabajo y la comodidad lejos de casa no ha sido suficiente para
notar que mis sentimientos no han cambiado mucho, la distancia y el tiempo
transcurrido no han borrado en nada los recuerdos que tengo de aquellos días
fervientes de proyecciones en compañía de ese gran sujeto. Como si ahora todo
eso me abrumara de nostalgia, quiero volver, hay voces interiores, y yo las he
contradicho durante mucho para olvidarme de mi madre, de mi hermana, y sobre
todo de Alfredo, ¿por qué? Hasta ahora no lo sé. Me hubiera gustado al menos
haberlo acompañado en sus últimos días, permanecer junto a él y corresponder a
un pasado que me había colmado de emociones e ilusiones…<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· Aplique la etopeya y la prosopografía para
describir a este personaje, a su madre, y también a la compañera de cama del
personaje principal.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>ETOPEYA:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: #000A; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: Symbol;">·<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><!--[endif]--><i>Personaje
principal: Sumido en sus éxitos profesionales. Cómodo y resuelto por la buena
posición económica, se sabe quizá ingrato y por eso el tiempo ya no le permite
oportunidad para reconocer sus graves errores con su familia.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: #000A; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: Symbol;">·<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><!--[endif]--><i>La
madre: Desmejorada cada vez más del alma, con las esperanzas aún con luz, pero
sintiendo mucho dolor y casi llegando a la locura por la ingratitud de su hijo
que no planta cara.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: #000A; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: Symbol;">·<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><!--[endif]--><i>La
mujer en la cama: Sin ningún tipo de preocupaciones, muy cómoda y aparentemente
feliz con la vida generosa que le ha brindado el personaje principal, no desea
ahondar más en los detalles de las llamadas y simplemente hace al personaje
principal para no entrar en hastíos inoportunos.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>PROSOPOGRAFÍA:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: #000A; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: Symbol;">·<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><!--[endif]--><i>De buen
aspecto, sofisticado, con buena posición económica, con auto, muy pulcro con
camisa y resuelto al andar, con cabello canoso y rostro lleno de vitalidad.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: #000A; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: Symbol;">·<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><!--[endif]--><i>La
mamá, una mujer envejecida por la espera y la falta de interés de parte de su
hijo. De ropas oscuras.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: #000A; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: Symbol;">·<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt;">
</span></span><!--[endif]--><i>La
mujer en la cama, alguien muy bella y ligera, comprensible.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>[3] En tercer
lugar vemos un pedazo de la premiada y formidable “American Beauty” (Belleza
Americana, 1999) de Sam Mendes.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· ¿Qué es lo que el muchacho (que hace
grabaciones) no quiere olvidar (o quiere recordar) y por qué?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Que hay toda una
vida detrás de las cosas, y una fuerza increíblemente benévola…La bolsa lo
invita a ser niño nuevamente y recordar, es necesario recordar para no olvidar
nuestra esencia y mantener esa inocencia.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· ¿Qué mensaje cifrado encuentra en la
grabación (de la bolsa llevada por el viento) que el muchacho le hace ver a la
chica que le da un beso?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>La trayectoria de
la vida en el tiempo lleno de situaciones, vas y vienes sin dirección, caes y
te levantas acomodándote a las circunstancias de unos límites invisibles,
pareces dominado por alguien, y sin embargo la libertad es una expresión que se
manifiesta hasta en la recreación rutinaria más mínima. <o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>[4] En cuarto
lugar, la conmovedora historia de Ramón Sampedro llevada al cine por Alejandro
Amenábar en “Mar adentro” (2004); se trata del final del film. ¿Alguna vez
pensó o imaginó su propio suicidio? Si estimulamos ‘creativamente’ la muerte.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· ¿Qué forma utilizaría para acabar con su
propia vida y por qué? Si le interesa el tema: escriba una narración sobre su
propio suicidio.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Un antídoto para
desvanecerme en la oscuridad, porque la luz es parte del artificio que nos
evidencia de imperfección y vulnerabilidad. Y no al sufrimiento de la
enfermedad porque me dedico a la austeridad y la discreción, y a no levantar
polvo para no incomodar al entorno. Una forma de muerte silenciosa que no
procure molestia ni evento, es desvanecerse en la oscuridad para no distraerme
más con la mirada y explotar más otros sentidos y otras cualidades internas. <o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· ¿Cree que vivir es un derecho y no una obligación?
¿Por qué?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Al principio se
plantea como un derecho, como bien lo dice el guión (de la película Amenábar)
que revela Bardem (el actor), sin embargo en el trayecto de la vida se va
tornando en una obligación de una sola vía, donde nos sostenemos a diario para
no llegar al horizonte próximo de la muerte.
<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>[5] En quinto
lugar, “The Shawshank Redemption” (Sueños de fuga, 1994) de Frank Darabont.
Andy Dufresne (el personaje principal) muestra una ciega vocación por el
desacato y habla con sus compañeros de prisión de algo fundamental: la belleza
de la música y de… la esperanza.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>¿Llega a notar
que la reflexión del preso tiene mucha afinidad con las palabras que el
muchacho en “Belleza americana” le dice a la muchacha cuando ven la grabación?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· ¿Qué cosas siente usted que nadie le puede
quitar?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Mi mundo
imaginario dispuesto para el aporte a las letras. Mi capacidad de la constancia
para seguir intentándolo y combinando las lecturas y los modos del pensamiento.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· ¿Si tuviera que compartir celda con alguien
a quién escogería? ¿A Tim Robbins (Andy Dufresne) o a Morgan Freeman (Red, el
reo de color que le dice que la esperanza no es buena)?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>He tenido amigos
como Andy, inteligentes y a la vez hechos para disfrutar de la libertad, de su
libertad particular que no puede ser impedida de aire, porque necesitan
expresar de diferente forma su vena talentosa. Por eso es que escogería a Andy,
no me importa si son presumidos o elocuentes, irreflexivos en su erudición
desmedida alguien que constantemente te está poniendo a prueba con todo lo que
puede saber, me gustan ese tipo de amistades criteriosas y para discusión para
cada momento.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>[6] en “Taxi
Driver” (1976) de Martin Scorsese, aparece todo el temperamento del taxista
Travis Bickle encarnado por Robert De Niro.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· Aplique etopeya y prosopografía para
describir a Travis.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Etopeya:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Tiene un carácter
explosivo que le ha dado las calles. No parece temerle a nada o esconde para él
la entrañable distancia que lo separa de lo que le hubiera gustado ser, si
habría tenido el afecto de sus seres queridos. Sin embargo, nada ha sido fácil,
ahora va al frente y no se detiene, quiere amedrentar y se ensombrece en su
rudeza para consolarse en soledad. Sus días avanzan y en su mente se desfiguran
las imágenes que amo en brevedad. Descanso poco y eso se ve en la fatiga que la
recupera con la introspección pragmática cuando desea algo y va por ello.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Prosopografía:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Bien parecido con
el agotamiento reseco en su semblante endurecido por los días frenéticos y de
la desventura en las carencias. Viste como un rebelde sin ofrecer detalles
cautivadores, su aspecto es ofensivo y eso se refiere cuando quiere enfrentarse
a cualquiera. Es capaz de todo, lo veo en su mirada, no tiene nada que perder
porque sus manos se desenvuelven hacia el todo o nada.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· ¿Qué le preguntaría al personaje si lo
llegara a conocer y por qué?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>[Acá se plantea
una pregunta no al personaje, sino al actor Robert De Niro]¿Alguna vez también
fue joven arrogante, espontáneo, bien parecido y rebelde sin motivo?<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Porque en la
actualidad da la impresión de sólo representar papeles inmutables, señoriales,
muy correctos, conservadores y rigurosos, de una madurez constante y
experiencia que desborda hacia la pedantería. Ya en ese papel de Taxi Driver lo
noté como un actor joven pero muy serio y firme en sus movimientos y sus
expresiones, demostrando ser muy frontal y arrogante que obviamente intimida,
pero Ud. es un tipo muy comediante en la vida real, ¿es cierto entonces que
gusta de contrastar la personalidad en la ficción?<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>[7] Luego,
“Forrest Gump” (1994) de Robert Zemeckis.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· ¿Qué opina de lo que la madre de Forrest le
dice a su hijo antes de morir?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Es sincero y
trasparente, esclarecedor y facultativo. Definidamente conmueve y emociona la
simpleza del corazón maternal. Nos abre los ojos hacia una nueva etapa que
debemos afrontar reinventando un destino para nosotros.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· ¿Escribir es una forma de darle la contra
al destino?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Si te dejas a la
intemperie (inconsciente), despertarás en cualquier lugar, menos en el
indicado. Para llegar a la cima de la creación, deberías estar consciente a
cada momento y desestimar distracciones y cerrar puertas porque el destino
falaz puede estar disfrazado de obstáculos y contratiempos para sacarte del
camino. ¡Cuánto importa la firmeza e ir en contra de la adversidad para llegar
a esa altura de ideas!<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>· Escriba una carta de despedida metiéndose
en la piel de la madre de Forrest. ¿Qué le diría a su hijo?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Mi adorado
Aloncito:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>He sentido el
llamado de nuestro Señor para estar en su reino porque estando junto a ustedes
he tratado de cumplir con todos los mandamientos de su ley, los he querido
cuanto he podido, les he querido brindar la palabra de Dios en los momentos que
estábamos juntos, y acercarles a
Jesucristo a su corazón para que se arrepientan como yo lo hacía a
diario muy temprano junto a mi cama. No quisiera que sigan intentando alargar
mi sufrimiento con esas medicinas que jamás acepté, si mi vida no tiene más
remedio por esta enfermedad que también es una bendición, no me asusta dormirme
para siempre en un cuerpo que no nos pertenece, la muerte es un paso hacia la
eternidad. Estoy contenta de verlos juntos después de haber sufrido bastante en
esa ignorancia y en esa pobreza cuando Dios todavía no estaba presente en
nuestras vidas.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>Preguntas
finales: ¿QUÉ FRAGMENTO LE INTERESA MÁS Y POR QUÉ?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Definitivamente
estoy echado a lo sentimental y cuasi romántico (pero no se lo digan a nadie),
y eso me llevaría al diálogo entre Forrest Gump y su madre antes de que ésta
fallezca. Sin ser un diálogo espectacular ni muy profundo en términos
filosóficos, me siento un poco identificado con ese cuadro del hijo frente a la
madre, porque me siento muy cercano a mi madre, estoy muy cerca a sus palabras,
sus sentimientos, su soledad, acompañándola, brindándole mi crítica o mi apoyo.
Ese binomio que en muchos casos de la historia ha sido fundamental para la
formación del hijo y su trascendencia en la historia, como fueron los casos de
Nikola Tesla y su madre, Einstein y su madre, Proust y su madre, etc., en las
cuales la madre fue fundamental y dejó un gran legado, como esas palabras
simples, naturales, diáfanas, llenas de sabiduría y prácticas para resolver los
enigmas de la existencia y del destino con esa humildad que es invalorable.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b>¿QUÉ PELÍCULAS
VIO ENTERAS Y CUÁLES DESEARÍA VER?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Enteras:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Sueños de fuga<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Forrest Gump<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Desearía ver:<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>A Bronx Tale<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i>Cinema Paradiso<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-82434684116020376092013-02-19T19:12:00.000-08:002013-02-19T19:12:05.920-08:00Estimulación CreativaSe recomendó ver los fragmentos de siete películas, en este enlace:<br />
<a href="http://www.youtube.com/watch?v=-7kZtc8LaFs&feature=youtu.be">http://www.youtube.com/watch?v=-7kZtc8LaFs&feature=youtu.be</a><br />
<br />
Y, luego, se formularon algunas preguntas. Acá las respuestas de John Barrientos:<br />
<br />
<br />
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>SOBRE <i><b>UN CUENTO DEL BRONX</b></i><br />
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><br />
<div style="text-align: justify;">
¿Por qué intuye usted que el padre le dice esto a su hijo? ¿Lo puede imaginar?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Supongo que al padre le pasó eso: tenía un talento y no supo aprovecharlo, o quizás vio ese talento en muchas personas y así también cómo estas personas lo echaban a perder todo al no mostrar interés por conservar y fortalecer un talento.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Cree usted que todos los seres humanos nacemos con talentos? </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b> En definitiva, por un lado está el talento aprendido, y por otro el talento heredado; visto desde este punto de vista, los hijos a lo largo de sus vidas absorben como esponjas enseñanzas, actitudes y comportamientos basados en sus experiencias. Ciertas características como, saber escuchar, saber expresarse, saber sentir, son patrones ligados a los talentos que hoy en día se desarrollan en las distintas artes humanas.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span> ¿Qué talento o talentos crees que se necesita(n) para crear (novelas, cuentos, películas, obras de teatro, etcétera)?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Como hay varios autores que poseen su propia clasificación de talentos, sólo escribiré lo siguiente</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Talento de la creatividad.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Talento de la emoción.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Talento de la imaginación.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Talento de la empatía con los seres vivos.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
SOBRE<i><b> CINEMA PARADISO</b></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Cómo podría describir usted la sensación que siente el personaje principal al enterarse de que Alfredo ha muerto? Métase en la piel del personaje antes de describir la sensación…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Al principio, digería la llamada de su madre, al oír las palabras "Alfredo ha muerto", intenta entenderlas, pierde el sentido del tiempo y el espacio en el que se encuentra, vuelve en sí tras la pregunta de su esposa para finalmente encerrarse en su esfera, donde una inquietante incredulidad de la muerte de Alfredo hace que lo recuerde, siento que se pudre en su dolor a su manera, creo que se pierde en la incredulidad y el recordar.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span> DESCRIPCIÓN DE LOS PERSONAJES DE CINEMA PARADISO.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><b>Madre.- La esperanza se ciñe en mí como un fruto seco y amargo, más muerto no está, he decidido creer en mi hijo, creer que aún tengo la responsabilidad de ser su madre, de llevarle lo bueno y lo malo. La juventud no se me escapa, soy yo quien la deja ir para retener este amor no correspondido, la sacrifico.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Hijo.- Hay sonidos que penetran el silencio de manera ridícula. Aún en el incrédulo parecer de los tiempos, sólo el presente es parte de mí. Ataño el pasado como un pesado metal, cuya indiferencia me apoya. Cínico encuentro tengo con el pasado ahora, reposo sobre la cama, mantengo el aire en mis pulmones y tras exhalar asumo la verdad, asumo que la muerte cuya existencia no tiene espacio ni tiempo se ha llevado lo que pertenecía a este mundo. Lo que creía parte de mi pasado, retorna de manera vertiginosa para postrarse junto a mi cabello canoso, junto a mi cama.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Esposa.- Él ha llegado, como siempre. Vacilo en mi papel de esposa, indiferente a la relación quebrada entre madre e hijo. Siento mi piel suave y lozana. Envío el mensaje encomendado, lo entrego como quien deja un sobre bajo una puerta. Me aplasta la veracidad del día, así que hacer preguntas o dar respuestas no vienen al caso, el descanso es mi consuelo, mañana seré la esposa activa.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
SOBRE<i><b> BELLEZA AMERICANA</b></i></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Qué que es lo que el muchacho (que hace grabaciones) no quiere olvidar (o quiere recordar) y por qué?</div>
<div style="text-align: justify;">
o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><b>De que había toda una vida detrás de las cosas, una fuerza increíblemente benévola que le hacía saber que no había razón de temer jamás frente a todo lo que existe en nuestra sociedad y que contraste (hiriente) con esa belleza.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span> ¿Qué mensaje cifrado encuentra en la grabación (de la bolsa llevada por el viento) que el muchacho le hace ver a la chica que le da un beso?</div>
<div style="text-align: justify;">
o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><b>Que todo esta enlazado, que cada elemento vivo o no vivo se desprende de su naturaleza para entregarnos un mensaje, una interpretación de lo que es vida, de lo que es nuestra vida.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Qué forma utilizaría para acabar con su propia vida y por qué? Si le interesa el tema: escriba una narración sobre su propio suicidio.</div>
<div style="text-align: justify;">
o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><b>Ni en el peor de los casos, así caigan vacas del cielo.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span> ¿Cree que vivir es un derecho y no una obligación? ¿Por qué?</div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span> Creo<b> que vivir es un derecho que se concibe desde el momento en que se nace. Lo que haga posterior a su nacimiento se considera como una opción a la cual puede renunciar o asimilar.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span> </b></div>
<div style="text-align: justify;">
• Llega a notar que la reflexión del preso tiene mucha afinidad con las palabras que el muchacho en “Belleza americana” le dice a la muchacha cuando ven la grabación?</div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><b>Sí, ese conjunto mágico de sucesos con vida que percibimos en el ambiente. Que nos recuerdan nuestra naturaleza.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
SOBRE <i><b>SUEÑOS DE FUGA</b></i></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Qué cosas siente usted que nadie le puede quitar?</div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><b>Mi capacidad emocional de percibir el mundo, aunque muchas veces me llamen loco. </b></div>
<div style="text-align: justify;">
• ¿Si tuviera que compartir celda con alguien a quién escogería? ¿A Tim Robbins (Andy Dufresne) o a Morgan Freeman (Red, el reo de color que le dice que la esperanza no es buena)?</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Morgan Freeman. </b></div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Qué le preguntaría al personaje si lo llegara a conocer y por qué?</div>
<div style="text-align: justify;">
o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><b>¿Con quién hablaba? Quizá representa lo que odia, o lo que quiere.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
SOBRE<i><b> FORREST GUMP:</b></i></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Qué opina de lo que la madre de Forrest le dice a su hijo antes de morir?</div>
<div style="text-align: justify;">
o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><b>Creo que fueron las palabras necesarias, el mensaje indicado para una despedida.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Escribir es una forma de darle la contra al destino?</div>
<div style="text-align: justify;">
o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><b>No, sólo es un camino, es como el consejo de un buen amigo, el valor de un objeto o un recuerdo, es sólo un camino a través del cual los seres vivos determinan su destino.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><b>Escribiendo no cambiamos nada, sólo surgen ideas que pueden ser buenas o malas, reales o ficticias, pero son un gran aporte para quienes desean encontrar respuestas y formar así su destino.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Escriba una carta de despedida metiéndose en la piel de la madre de Forrest. ¿Qué le diría a su hijo?</div>
<div style="text-align: justify;">
o<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><b>Le diría lo mismo que le dijo en esa escena. No podría agregar, ni extraer nada. Estaría inventando palabras que no le hubieran nacido, imaginando algo que ese personaje no hubiera dicho, hubiera sido diferente si ella hubiera muerto antes de encontrarse con su hijo, sin decir nada.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Preguntas finales: ¿QUÉ FRAGMENTO LE INTERESA MÁS Y POR QUÉ?</div>
<div style="text-align: justify;">
<b> Me interesa el fragmento de la película American Beauty, porque demuestra o describe ejemplarmente uno de los momentos que mas disfruto de la vida. Es una explicación sencilla de lo que está afuera. Y aunque científicamente no encuentre el estudio indicado de este meollo mostrado en varias películas, es sólo un aporte más.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b> Yo aplico diariamente ejercicios que fortalecen esta clase de empatía con el mundo, de júbilo desbordante. Por eso me interesan los diferentes ejemplos que se dan en el mundo para recordar, como dice el personaje, para sentir que no todo esta olvidado, perdido.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
•<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿QUÉ PELÍCULAS VIO ENTERAS Y CUÁLES DESEARÍA VER?</div>
<div style="text-align: justify;">
<b> American Beauty, me gustaría verla.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Forrest Gump, la he visto completa.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>The Shawshank Redemption, la he visto completa.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<i>Respuestas de John Barrientos</i></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-40397894869888013982013-02-05T08:46:00.002-08:002013-02-05T15:47:36.545-08:00La "ficción" y la "no ficción"<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpu9gEzOOG7PACjeIdvko081QP1wLBsf77IHugJPRH0OsDCtSu92ksVdobBLLFaWHBAVslZMmeNvEf5Xra1nECnislDfZB5etq9nBwVJbDKOAJFb80mvSucGNoL1nUyFl_MJFhNM9rzto/s1600/golpeado.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><img border="0" height="321" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpu9gEzOOG7PACjeIdvko081QP1wLBsf77IHugJPRH0OsDCtSu92ksVdobBLLFaWHBAVslZMmeNvEf5Xra1nECnislDfZB5etq9nBwVJbDKOAJFb80mvSucGNoL1nUyFl_MJFhNM9rzto/s400/golpeado.jpg" width="400" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><b><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: small;">Gabriel García Márquez sonríe para el lente fotográfico, luego de recibir un puñetazo de Mario Vargas Llosa. Un suceso real que es, hasta el día de hoy, exagerado o alterado, es decir, ficcionalizado, por parte de la chismografía literaria. Cuando la realidad se convierte en ficción.</span></b></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La ficción y la
no ficción</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt;">
<o:p><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 47.2pt 0.0001pt 54pt; text-align: right;">
<o:p><i><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Escribe Orlando Mazeyra Guillén </span></i></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt;">
<o:p><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Como
ya vimos en la primera sesión, en la que leímos el cuento <b><i>El departamento</i></b> de
Fernando Ampuero, la ficción altera la realidad o inventa una realidad alterna
(sucesos que quizá nunca ocurrieron u ocurrieron de otra manera): “<b>Desconozco
si la versión que doy ahora exagera o atenúa algunas escenas</b>. <b>Con
otros que la oyeron, aparte de los hechos en sí, coincido en el patetismo. Mi
versión, desde luego, añade detalles previsibles: ojeras, dolores de estómago y
otras lógicas e inevitables miserias humanas</b>”, el narrador de la historia nos advierte que
no será fiel a lo ocurrido (si es que ello alguna vez ocurrió). Eso es la ficción:
<b>invención, alteración, cosa fingida pero que pretende pasar por cierta</b>. Vargas
Llosa lo sintetiza así:<span style="background-color: white;"><span style="color: red;"> <b>las ficciones son mentiras que ocultan una profunda
verdad</b></span></span>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La "<b>no ficción</b>", en cambio, aspira al retrato
fiel de la realidad. Así apareció el “Nuevo Periodismo”, el “Periodismo
Literario” o “Periodismo Narrativo” que cuentan sucesos verídicos pero, al
narrarlos, se ‘prestan’ las ‘maneras’ del cuento o la novela y, de esta forma, le otorgan un halo ‘literario’ a lo narrado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Este comienzo (que es totalmente real), por ejemplo, bien podría ser el
arranque de una ficción:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq">
<b><i style="background-color: white;"><span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">De pronto, un hombre ingresa al local
cargando dos pesadas bolsas de plástico negras. Es moreno y delgado, frisa los
cincuenta años. Antes de hablar, enjuga su frente con un pañuelo blanco y se
rasca su bien cortado bigote entrecano:<br /><br />
—A ustedes les dicen los alquimistas.</span></i></b></blockquote>
<div class="MsoNormal">
<b><i style="background-color: blue;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El inicio de la narración pretende contar
una historia y ‘enganchar’ al lector como si se tratara de una ficción. Sin
embargo, si queremos hacer una crónica periodística (una entrevista, un perfil, etcétera) no debemos exagerar ni
atenuar nada de lo que vemos, oímos o sentimos, pues el periodista (el buen
periodista) debe realizar una labor que es la antítesis de la del novelista: no
mentir. César Hildebrandt señala que un periodista cabal debe <b><span style="color: red;">“notariar la
realidad, no endulzarla”</span></b>. Él entiende que la entrevista y la crónica son los
dos géneros-madre del periodismo: “<b>la crónica escudriña la realidad y la
entrevista aguaita a las personas, pero en ambas lo que prevalece es una
mirada, una voluntad, un carácter que, en la crónica, mira las cosas y, en la
entrevista, habla con quien cree que puede decir algo</b>”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿Por qué Gabriel García Márquez es considerado
un maestro del periodismo? Porque sabe (o, en todo caso, ha sabido) aprovecharse de su talento de narrador
de ficciones para contarnos grandes verdades: entrevistas, crónicas, perfiles, etcétera. Esto no significa que todos los
escritores sean buenos periodistas (muchísimos ni siquiera han llegado a ejercer el periodismo), sino que cuentan con mejores armas (técnicas narrativas) para
describirnos (escudriñar) la realidad real. Hay que saber diferenciar las cosas: <o:p></o:p>«Un reportaje es un cuento totalmente fundado en la
realidad, como el cuento tiene bases en la realidad sin lugar a dudas. La
ficción: Ninguna ficción es totalmente inventada siempre son elaboraciones de
experiencias. El periodismo es una etapa más del desarrollo de mi vocación
definitiva de contar cosas», sentencia el autor de <i>Cien años de soledad.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: -27.0pt; margin-right: -33.8pt; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><b>NO FICCIÓN: <br />LOS ALQUIMISTAS DE <st1:personname productid="LA CALLE SAN" w:st="on"><st1:personname productid="LA CALLE" w:st="on">LA
CALLE</st1:personname> SAN</st1:personname> JOSÉ<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><b>Por Orlando Mazeyra Guillén<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">De pronto, un hombre ingresa al local
cargando dos pesadas bolsas de plástico negras. Es moreno y delgado, frisa los
cincuenta años. Antes de hablar, enjuga su frente con un pañuelo blanco y se
rasca su bien cortado bigote entrecano:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—A ustedes les dicen los alquimistas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> —¿Por
qué? —pregunta, entre sonriente e intrigado, el señor Alberto Ramírez, quien
por sus ademanes de bienvenida delata que ya conoce al sujeto en cuestión, que
empieza a sacar deprisa libros de segundo uso de las bolsas que trae consigo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—Porque en mis manos esto no<span class="apple-converted-space"> </span><a href="http://frasecorta.com/historias_incleibles.php?subaction=showfull&id=1328411294&archive=&start_from=&ucat=5&" id="_GPLITA_1" in_rurl="http://i.trkjmp.com/click?v=UEU6MjMwODg6NjY4OnZhbGU6ZDMyZWI3YzIwMmMwODliYTRjYzg4MmFjZWZkZWNhMjU6ei0xMDYzLTEyMDc1MDpmcmFzZWNvcnRhLmNvbTo2ODk0OmUyZjZjNWY5NTJmYTg5MTQ3MzYxYzhlM2QyNWIzMTVj" title="Click to Continue > by Browse to Save"><span style="color: black;">vale</span></a><span class="apple-converted-space"> </span>nada
—se lamenta tomando un viejo ejemplar de<span class="apple-converted-space"> </span><em>Ada
o el ardor </em>de Vladimir Nabokov—. En cambio, en las manos de ustedes se
vuelve oro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Las risas festivas no tardan en hacerse
presentes en este recinto en el que uno, a pesar de los reparos de muchos
—algunos libros son muy caros, el aspecto es el de una decadente librería de
viejo con sólo algunas novedades, etcétera—, se puede liberar de las anteojeras
provincianas y sentirse de veras cosmopolita: la librería Aquelarre, el orgullo
de dos hermanos que, aunque de familia arequipeña, nacieron en Puno: Tommy (1943)
y Alberto (1950). Ambos administran este negocio atestado de anaqueles, ubicado
en la segunda cuadra de la céntrica calle San José que en el techo del vetusto
local muestra el símbolo taoísta del bien y el mal. En dos mesas largas y
espaciosas descansan desordenadas publicaciones de toda laya y en una pequeña
—del tamaño de una mesa de noche— está la caja chica bajo la atenta vigilancia
del hermano mayor, Tommy. A la izquierda, un falso ropero negro oculta el
sanitario de donde, si la ocasión lo amerita, se pueden conseguir algunos vasos
descartables, para brindar con la bohemia o los concurrentes de turno.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>Aquelarre cumple tres décadas</strong><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La inauguración de la librería se remonta
al año 1982, en un local alquilado en la calle San Juan de Dios. La iniciativa
de los hermanos Ramírez proviene de una vocación fundamental por la lectura, un
hábito que cultivaron desde muy pequeños, alentados por sus padres: primero,
fueron revistas, cómics y, luego, pasaron a los libros. Posteriormente, ya en
Arequipa, ambos terminan la secundaria y el mayor de ellos, Tommy Ramírez,
después de su paso por el Colegio Militar Francisco Bolognesi, siguió cursos en
<st1:personname productid="la Escuela" w:st="on">la Escuela</st1:personname> de
Literatura en <st1:personname productid="la UNSA. Ahí" w:st="on">la UNSA. Ahí</st1:personname>
enriquece sus lecturas y conoce la narrativa peruana (Arguedas, Alegría, entre
otros) y en sus años agustinos estalla el <i>boom </i>de la literatura
latinoamericana.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">De las movidas literarias de aquellos
tiempos él recuerda que había mucho<span class="apple-converted-space"> </span><a href="http://frasecorta.com/historias_incleibles.php?subaction=showfull&id=1328411294&archive=&start_from=&ucat=5&" id="_GPLITA_0" in_rurl="http://i.trkjmp.com/click?v=UEU6MjM2Njc6NjY4OmludGVyw6lzOjZmY2M5NTJiZTZiMzU0YjRlM2I1NGZmZWE1ZmViZTJmOnotMTA2My0xMjA3NTA6ZnJhc2Vjb3J0YS5jb206NjkxMjplMmY2YzVmOTUyZmE4OTE0NzM2MWM4ZTNkMjViMzE1Yw" title="Click to Continue > by Browse to Save"><span style="color: black;">interés</span></a><span class="apple-converted-space"> </span>tanto
por promover la creación literaria como la lectura. Los hermanos Cornejo Polar
eran personas muy activas y organizaban diversos eventos a los cuales el propio
Ramírez asistió, entre ellos el encuentro nacional de narradores en el cual
estuvieron José María Arguedas y Mario Vargas Llosa: «Con amigos poetas, Ana
María Portugal y Óscar Valdivia, sacamos una revista cultural llama<span class="apple-converted-space"> </span><em>Homo</em>, donde le hicimos un
homenaje a Arguedas, publicamos trabajos de Javier Heraud, con textos inéditos
de César Calvo. A su vez, en el diario<span class="apple-converted-space"> </span><em>El
Pueblo </em>tenía la columna diaria y los domingos manejaba la página cultural,
comentaba libros y actividades culturales. En Lima, colaboré con<span class="apple-converted-space"> </span><em>Caretas</em>,<span class="apple-converted-space"> </span><em>Oiga</em> y tuve la
oportunidad de recibir publicaciones de Uruguay, Venezuela, México, Argentina
que, en su momento, reseñé y así fui enriqueciendo mi biblioteca y acariciando
la idea de abrir una librería en Arequipa»<em>.</em> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Le pregunto por qué abandonó la carrera de
literatura y en su respuesta hay un relente de desazón: «Me di cuenta de que no
colmaba mis expectativas. A pesar de la calidad de los maestros, pues en los
años sesenta era muy superior a la actual. Además, luego también estuve
llevando cursos en <st1:personname productid="la Universidad Mayor" w:st="on">la
Universidad Mayor</st1:personname> de San Marcos, donde tuve maestros como
Edgardo Rivera Martínez, pero, como decidí volver a Arequipa, abandoné la
carrera».<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En el año 1982, los hermanos Ramírez
vuelven a Arequipa y fundan Aquelarre, la librería lleva ese nombre porque le
querían rendir un homenaje a esa generación de artistas arequipeños —los poetas
Percy Gibson y César Atahualpa Rodríguez fueron los fundadores— que solían
reunirse a la luz de la luna. Luego se trasladan de San Juan de Dios a un local
en la primera cuadra de San José y, desde hace ocho años, operan en la segunda
cuadra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="background-color: #f4f4f4; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; text-align: justify;">¿Por qué nace Aquelarre? Básicamente, para
hablar de libros y ponerlos al alcance del lector de a pie, para compartir
cultura, difundir corrientes de pensamiento. «Cada época despierta un
determinado interés. En los ochenta, por ejemplo, cuando abrimos la librería
había mucho interés por los aspectos político-sociales y teníamos muchos libros
de esos temas (economía, sociología, política, marxismo). Eso ya ha ido
cambiando. Últimamente, hay interés por la literatura de autoayuda, la medicina
alternativa»</span><em style="background-color: #f4f4f4; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; text-align: justify;">.</em></div>
<div class="MsoNormal">
<strong style="background-color: #f4f4f4; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; text-align: justify;">Punto de encuentro</strong></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Aquelarre va más allá de proveer libros a
los eventuales compradores, pues aglutina a lectores ávidos y a potenciales
escritores. «Ese ha sido uno de los logros más importantes que ha tratado
siempre de infundir esta librería: no ser sólo un lugar de exhibición y venta
de libros, sino también un punto de encuentro de escritores jóvenes y mayores,
donde se pueda hablar absolutamente de todos los temas, incluso confidencias e
intimidades. Y hablamos de escritores no sólo de Arequipa, sino de toda la zona
sur: Puno, Cusco, Tacna, etcétera, con los cuales hemos establecido lazos muy
fuertes y siempre que vuelven a Arequipa nos visitan».<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿Cuál ha sido la mayor alegría que le ha
dado este oficio de librero? La de conocer a gente extraordinaria, personas muy
valiosas y también la posibilidad de haber brindado libros a escritores en
ciernes. Por ejemplo, Carlos Herrera, quien compró en Aquelarre sus primeros
libros. Ahora él es diplomático y ha publicado algunas interesantes novelas.
Mario Vargas Llosa ha estado también en la librería. El antropólogo Luis
Lumbreras o su colega Luis Millones, pintores como Luis Palao Berastain.
Además, por su propia labor en el periodismo cultural, Tommy Ramírez pudo
conocer en Lima a Blanca Varela, Javier Sologuren, Jorge Eduardo Eielson,
editores como Carlos Milla Batres y Juan Mejía Baca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="background-color: #f4f4f4; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; text-align: justify;">Pero este oficio no está exento de
inconvenientes: «El primer problema es el económico. La gente que se interesa
por la lectura sigue siendo una minoría. Una minoría que no crece en la medida
en que uno anhela. Y, a pesar de eso, los factores económicos impiden traer
nuevos libros que uno quisiera tener en la librería, pues la producción
literaria es inmensa tanto en España como en Argentina y México. Hay muchos
títulos de indudable calidad literaria que, como no son comerciales, no llegan
al Perú y eso sí, como librero, me produce un sinsabor tremendo»</span><em style="background-color: #f4f4f4; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; text-align: justify;">.</em><span style="background-color: #f4f4f4; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; text-align: justify;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ahí aparece el fantasma de quedar
desactualizado, sin novedades en el escaparate. «Es un peligro latente, pues
por más que uno quisiera, no va a poder satisfacer sus expectativas personales
ni mucho menos —como es obvio— la de todos los visitantes»<em>.</em><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>Un regalo de la vida</strong><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—Así como hay días con muchos compradores, también habrá otros en que no viene
nadie —le comento a Tommy Ramírez.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> —Sí,
pero eso es lo normal —lo reconoce sin hacerse problemas—. No preocupa tanto.
Además, aprovechamos para leer todo el material que tenemos acá y lo nuevo que
conseguimos, pues el lector, salvo excepciones, viene con ideas muy vagas, por
eso un librero tiene que estar muy enterado sobre las novedades, porque de lo
contrario no vende. Alguien viene y me dice: «quiero un libro de tal autor o
alguien que se parezca a tal autor». Uno tiene que saber cómo escribe ese
autor, sobre qué escribe, qué temas aborda, etcétera, para poder hacer
sugerencias idóneas. En ese sentido éste no es un negocio, es, más bien, un
placer. Un lector enterado o uno no tanto pero inquieto, es como un regalo que
nos da la vida. Aunque te confieso que los auténticos libreros están en
extinción. En el Perú, el último que yo conocí fue Juan Mejía Baca que ya murió
hace muchos años.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—¿Lee todos los días?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—Sí, poesía, narrativa y filosofía. Y mi hermano Beto lee mucho sobre ciencia y
esoterismo. Entre mis favoritos están William Blake, Baudelaire, Rimbaud,
poesía hispanoamericana: la mexicana con Octavio Paz y José Emilio Pacheco, la
peruana con la generación del cincuenta, la chilena con los clásicos como
Huidobro y Neruda. En narrativa, Borges, Cortázar, Kafka, Thomas Mann, me gusta
mucho Roberto Bolaño, también Osvaldo Soriano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—¿Alrededor de cuántas publicaciones hay en Aquelarre?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—Unos cinco mil libros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—¿A un lector novísimo qué ficción le recomendaría?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—El cuento siempre es el primer paso, desde los peruanos como Valdelomar, López
Albújar, Ventura García Calderón hasta los latinoamericanos como Borges,
Cortázar, Rulfo, Onetti, para no hablar de cuentistas europeos que también son
magníficos. Sin embargo, yo prefiero que lean primero literatura
hispanoamericana porque creo que es una forma de conocernos mejor a nosotros
mismos, de valorarnos y de dejar de estar mirando tanto a Europa, sin
desestimar, desde luego, el gran aporte cultural de los europeos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—¿Qué le ha dado la lectura de tantos libros?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—Me ha enriquecido, tengo una visión del mundo mucho más amplia, pero es
difícil poder expresarlo en palabras. Es como viajar por muchos países y por
distintas épocas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—También la posibilidad de interactuar con lectores y autores un tanto
excéntricos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—Esos son los que me interesan realmente —confiesa el librero—, y no aquellos
que están adocenados. Porque hay lectores muy parametrados, fosilizados, que
leen siempre lo mismo, que no se sienten capaces de experimentar. Yo creo que
en literatura hay que estar experimentando en forma constante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
Aquelarre es también un espacio para la fabulación oral, como se da en el caso
de Álvaro, asiduo concurrente a la librería, que afirma saber por fuentes
fidedignas la historia de un zambo que sodomizó al premio Nobel arequipeño y
que, gracias a esa experiencia, éste pudo narrar los encuentros homoeróticos de
Paul Gauguin en<span class="apple-converted-space"> </span><em>El paraíso en
la otra esquina</em>, ésa es la clase de lector que a pesar de muchas lecturas
no entiende la distancia entre la realidad y la ficción, o simplemente no las
puede separar: «Mi amigo Álvaro es un hombre con una imaginación desbordante y
que no cree en nadie. Es un heterodoxo total, no cree en las vacas sagradas ni
en los autores consagrados. Y eso, en el fondo, es bueno. A mí,
particularmente, me preocupa cuando veo a un joven entre los quince y los
treinta años con ideas fijas, prejuicios, o con endiosamientos ciegos… cuando
recién han comenzado a leer se fijan parámetros muy rígidos… si la literatura
va a servir para eso, yo creo que están leyendo mal».<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—¿Aquelarre en una palabra?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—Libertad. Este es un lugar libre. Acá los libros están a disposición del
público, para que el lector los revise, les dé un vistazo, y no con bolsas de
plástico como en otros lados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—¿Por qué se leen tan pocos libros?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—Creo que la televisión ha ganado al lector joven.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—¿Internet?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—Me parece muy bien que también se lea gracias a las computadoras y al fenómeno
de internet. Antes, para informarse de un autor había que buscar catálogos,
revistas, en Lima me regalaban los suplementos dominicales de Argentina o Chile
para poder saber qué se publicaba en esos países. Recuerdo que cuando Heinrich
Böll ganó el Premio Nobel de literatura en 1972 nadie sabía en Arequipa quién
era él y era complicadísimo tener información sobre el autor. Ahora es más
difícil pretender ser el gurú de la cultura, o el zar de la literatura, el que
dictamina qué es lo que se debe leer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>Arequipa no ha sido fundada literariamente</strong><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">«Arequipa es un ámbito novelístico sin
explorar, territorio virgen, salvos algunas cosas muy fragmentarias hechas en
el siglo XX», asevera convencido. Le recuerdo que el escritor chileno Alberto
Fuguet escribió que Mario Vargas Llosa fundó literariamente a Lima. Así que es
probable que todavía no se haya fundado a Arequipa en el terreno de la ficción:
«Definitivamente no ha sido fundada, hay novelas de María Nieves y Bustamante,
Edmundo de los Ríos. Sin embargo es muy poco lo escrito sobre Arequipa y espero
que los nuevos novelistas hagan algo al respecto».<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—¿Acaso son ustedes alquimistas como dice el señor? —le pregunto a Tommy
Ramírez, que acaba de pagarle al desavisado vendedor de libros de segunda mano
apenas siete soles con cincuenta céntimos por una de las mejores novelas de
Vladimir Nabokov:<span class="apple-converted-space"> </span><em>Ada o el
ardor.</em><span class="apple-converted-space"><i> </i></span>Y el dueño de
Aquelarre muestra una sonrisa cómplice. Entonces yo entiendo que no se trata de
alquimia sino, precisamente, de algo tan elemental como leer para saber
—aquilatar, apreciar, atesorar— lo que uno tiene en las manos. La diferencia
entre alguien que lee y alguien que se exonera de esta placentera actividad, se
hace patente una vez más y, sin duda, resulta aleccionadora. Aquella novela de
Nabokov siempre valdrá oro, pero recién ahora —¿otra vez?— está en buenas
manos. Tommy Ramírez luego de rescatarla, acude a su caja chica pero, en esta
ocasión, en vez de dinero saca una vieja fotografía, en blanco y negro:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: #F4F4F4; margin-bottom: 5.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-line-height-alt: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
—¡Mírame! —exclama y lo reconozco vistiendo una de aquellas guayaberas
predilectas de Gabriel García Márquez y al lado de nada menos que Julio
Cortázar—. Acá estoy con un auténtico alquimista, ¿no crees?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Arequipa, enero de 2012. </span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 54.0pt; margin-right: 47.2pt; margin-top: 0cm; tab-stops: 396.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: 38.2pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: 38.2pt;">
<br /></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-54962053653689749082012-09-13T20:05:00.002-07:002012-09-13T20:05:36.888-07:00El corazón delator<br />
<div style="background: white; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">¡Es
cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero
por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis
sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de
todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí
en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen... y observen con
cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Me
es imposible decir cómo aquella idea me entró en la cabeza por primera vez;
pero, una vez concebida, me acosó noche y día. Yo no perseguía ningún
propósito. Ni tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me había
hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que
fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de un buitre... Un ojo
celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me helaba la
sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al
viejo y librarme de aquel ojo para siempre.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Presten
atención ahora. Ustedes me toman por loco. Pero los locos no saben nada. En
cambio... ¡Si hubieran podido verme! ¡Si hubieran podido ver con qué habilidad
procedí! ¡Con qué cuidado... con qué previsión... con qué disimulo me puse a la
obra! Jamás fui más amable con el viejo que la semana antes de matarlo. Todas
las noches, hacia las doce, hacía yo girar el picaporte de su puerta y la
abría... ¡oh, tan suavemente! Y entonces, cuando la abertura era lo bastante
grande para pasar la cabeza, levantaba una linterna sorda, cerrada,
completamente cerrada, de manera que no se viera ninguna luz, y tras ella
pasaba la cabeza. ¡Oh, ustedes se hubieran reído al ver cuán astutamente pasaba
la cabeza! La movía lentamente... muy, muy lentamente, a fin de no perturbar el
sueño del viejo. Me llevaba una hora entera introducir completamente la cabeza
por la abertura de la puerta, hasta verlo tendido en su cama. ¿Eh? ¿Es que un
loco hubiera sido tan prudente como yo? Y entonces, cuando tenía la cabeza
completamente dentro del cuarto, abría la linterna cautelosamente... ¡oh, tan
cautelosamente! Sí, cautelosamente iba abriendo la linterna (pues crujían las
bisagras), la iba abriendo lo suficiente para que un solo rayo de luz cayera
sobre el ojo de buitre. Y esto lo hice durante siete largas noches... cada
noche, a las doce... pero siempre encontré el ojo cerrado, y por eso me era
imposible cumplir mi obra, porque no era el viejo quien me irritaba, sino el
mal de ojo. Y por la mañana, apenas iniciado el día, entraba sin miedo en su
habitación y le hablaba resueltamente, llamándolo por su nombre con voz cordial
y preguntándole cómo había pasado la noche. Ya ven ustedes que tendría que
haber sido un viejo muy astuto para sospechar que todas las noches, justamente
a las doce, iba yo a mirarlo mientras dormía.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Al
llegar la octava noche, procedí con mayor cautela que de costumbre al abrir la
puerta. El minutero de un reloj se mueve con más rapidez de lo que se movía mi
mano. Jamás, antes de aquella noche, había sentido el alcance de mis
facultades, de mi sagacidad. Apenas lograba contener mi impresión de triunfo.
¡Pensar que estaba ahí, abriendo poco a poco la puerta, y que él ni siquiera
soñaba con mis secretas intenciones o pensamientos! Me reí entre dientes ante
esta idea, y quizá me oyó, porque lo sentí moverse repentinamente en la cama,
como si se sobresaltara. Ustedes pensarán que me eché hacia atrás... pero no.
Su cuarto estaba tan negro como la pez, ya que el viejo cerraba completamente
las persianas por miedo a los ladrones; yo sabía que le era imposible
distinguir la abertura de la puerta, y seguí empujando suavemente, suavemente.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Había
ya pasado la cabeza y me disponía a abrir la linterna, cuando mi pulgar resbaló
en el cierre metálico y el viejo se enderezó en el lecho, gritando:<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">-¿Quién
está ahí?<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Permanecí
inmóvil, sin decir palabra. Durante una hora entera no moví un solo músculo, y
en todo ese tiempo no oí que volviera a tenderse en la cama. Seguía sentado,
escuchando... tal como yo lo había hecho, noche tras noche, mientras escuchaba
en la pared los taladros cuyo sonido anuncia la muerte.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Oí
de pronto un leve quejido, y supe que era el quejido que nace del terror. No
expresaba dolor o pena... ¡oh, no! <b>Era
el ahogado sonido que brota del fondo del alma cuando el espanto la sobrecoge</b>.
Bien conocía yo ese sonido. Muchas noches, justamente a las doce, cuando el
mundo entero dormía, surgió de mi pecho, ahondando con su espantoso eco los
terrores que me enloquecían. Repito que lo conocía bien. Comprendí lo que
estaba sintiendo el viejo y le tuve lástima, aunque me reía en el fondo de mi
corazón. Comprendí que había estado despierto desde el primer leve ruido,
cuando se movió en la cama. Había tratado de decirse que aquel ruido no era
nada, pero sin conseguirlo. Pensaba: "No es más que el viento en la
chimenea... o un grillo que chirrió una sola vez". Sí, había tratado de
darse ánimo con esas suposiciones, pero todo era en vano. Todo era en vano,
porque la Muerte se había aproximado a él, deslizándose furtiva, y envolvía a
su víctima. Y la fúnebre influencia de aquella sombra imperceptible era la que
lo movía a sentir -aunque no podía verla ni oírla-, a sentir la presencia de mi
cabeza dentro de la habitación.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Después
de haber esperado largo tiempo, con toda paciencia, sin oír que volviera a
acostarse, resolví abrir una pequeña, una pequeñísima ranura en la linterna.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Así
lo hice -no pueden imaginarse ustedes con qué cuidado, con qué inmenso
cuidado-, hasta que un fino rayo de luz, semejante al hilo de la araña, brotó
de la ranura y cayó de lleno sobre el ojo de buitre.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Estaba
abierto, abierto de par en par... y yo empecé a enfurecerme mientras lo miraba.
Lo vi con toda claridad, de un azul apagado y con aquella horrible tela que me
helaba hasta el tuétano. Pero no podía ver nada de la cara o del cuerpo del
viejo, pues, como movido por un instinto, había orientado el haz de luz
exactamente hacia el punto maldito.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14.0pt;">¿No les he dicho ya que lo que toman
erradamente por locura es sólo una excesiva agudeza de los sentidos?</span></b><span style="font-size: 14.0pt;"> En aquel momento llegó a mis oídos un resonar apagado
y presuroso, como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. Aquel
sonido también me era familiar. Era el latir del corazón del viejo. Aumentó aún
más mi furia, tal como el redoblar de un tambor estimula el coraje de un
soldado.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Pero,
incluso entonces, me contuve y seguí callado. Apenas si respiraba. Sostenía la
linterna de modo que no se moviera, tratando de mantener con toda la firmeza
posible el haz de luz sobre el ojo. Entretanto, el infernal latir del corazón
iba en aumento. Se hacía cada vez más rápido, cada vez más fuerte, momento a
momento. El espanto del viejo tenía que ser terrible. ¡Cada vez más fuerte, más
fuerte! ¿Me siguen ustedes con atención? Les he dicho que soy nervioso. Sí, lo
soy. Y ahora, a medianoche, en el terrible silencio de aquella antigua casa, un
resonar tan extraño como aquél me llenó de un horror incontrolable. Sin
embargo, me contuve todavía algunos minutos y permanecí inmóvil. ¡Pero el
latido crecía cada vez más fuerte, más fuerte! Me pareció que aquel corazón iba
a estallar. Y una nueva ansiedad se apoderó de mí... ¡Algún vecino podía
escuchar aquel sonido! ¡La hora del viejo había sonado! Lanzando un alarido,
abrí del todo la linterna y me precipité en la habitación. El viejo clamó una
vez... nada más que una vez. Me bastó un segundo para arrojarlo al suelo y
echarle encima el pesado colchón. Sonreí alegremente al ver lo fácil que me
había resultado todo. Pero, durante varios minutos, el corazón siguió latiendo
con un sonido ahogado. Claro que no me preocupaba, pues nadie podría escucharlo
a través de las paredes. Cesó, por fin, de latir. El viejo había muerto.
Levanté el colchón y examiné el cadáver. Sí, estaba muerto, completamente
muerto. Apoyé la mano sobre el corazón y la mantuve así largo tiempo. No se
sentía el menor latido. El viejo estaba bien muerto. Su ojo no volvería a
molestarme.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Si
ustedes continúan tomándome por loco dejarán de hacerlo cuando les describa las
astutas precauciones que adopté para esconder el cadáver. La noche avanzaba,
mientras yo cumplía mi trabajo con rapidez, pero en silencio. Ante todo
descuarticé el cadáver. Le corté la cabeza, brazos y piernas.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Levanté
luego tres planchas del piso de la habitación y escondí los restos en el hueco.
Volví a colocar los tablones con tanta habilidad que ningún ojo humano -ni
siquiera el suyo- hubiera podido advertir la menor diferencia. No había nada
que lavar... ninguna mancha... ningún rastro de sangre. Yo era demasiado
precavido para eso. Una cuba había recogido todo... ¡ja, ja!<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Cuando
hube terminado mi tarea eran las cuatro de la madrugada, pero seguía tan oscuro
como a medianoche. En momentos en que se oían las campanadas de la hora,
golpearon a la puerta de la calle. Acudí a abrir con toda tranquilidad, pues
¿qué podía temer ahora?<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Hallé
a tres caballeros, que se presentaron muy civilmente como oficiales de policía.
Durante la noche, un vecino había escuchado un alarido, por lo cual se
sospechaba la posibilidad de algún atentado. Al recibir este informe en el
puesto de policía, habían comisionado a los tres agentes para que registraran
el lugar.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Sonreí,
pues... ¿qué tenía que temer? Di la bienvenida a los oficiales y les expliqué
que yo había lanzado aquel grito durante una pesadilla. Les hice saber que el
viejo se había ausentado a la campaña. Llevé a los visitantes a recorrer la
casa y los invité a que revisaran, a que revisaran bien. Finalmente, acabé
conduciéndolos a la habitación del muerto. Les mostré sus caudales intactos y
cómo cada cosa se hallaba en su lugar. En el entusiasmo de mis confidencias
traje sillas a la habitación y pedí a los tres caballeros que descansaran allí
de su fatiga, mientras yo mismo, con la audacia de mi perfecto triunfo,
colocaba mi silla en el exacto punto bajo el cual reposaba el cadáver de mi
víctima.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Los
oficiales se sentían satisfechos. Mis modales los habían convencido. Por mi
parte, me hallaba perfectamente cómodo. Sentáronse y hablaron de cosas comunes,
mientras yo les contestaba con animación. Mas, al cabo de un rato, empecé a
notar que me ponía pálido y deseé que se marcharan. Me dolía la cabeza y creía
percibir un zumbido en los oídos; pero los policías continuaban sentados y
charlando. El zumbido se hizo más intenso; seguía resonando y era cada vez más
intenso. Hablé en voz muy alta para librarme de esa sensación, pero continuaba
lo mismo y se iba haciendo cada vez más clara... hasta que, al fin, me di
cuenta de que aquel sonido no se producía dentro de mis oídos.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">Sin
duda, debí de ponerme muy pálido, pero seguí hablando con creciente soltura y
levantando mucho la voz. Empero, el sonido aumentaba... ¿y qué podía hacer yo?
Era un resonar apagado y presuroso..., un sonido como el que podría hacer un
reloj envuelto en algodón. Yo jadeaba, tratando de recobrar el aliento, y, sin
embargo, los policías no habían oído nada. Hablé con mayor rapidez, con
vehemencia, pero el sonido crecía continuamente. Me puse en pie y discutí sobre
insignificancias en voz muy alta y con violentas gesticulaciones; pero el
sonido crecía continuamente. ¿Por qué no se iban? Anduve de un lado a otro, a
grandes pasos, como si las observaciones de aquellos hombres me enfurecieran;
pero el sonido crecía continuamente. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer yo? Lancé
espumarajos de rabia... maldije... juré... Balanceando la silla sobre la cual me
había sentado, raspé con ella las tablas del piso, pero el sonido sobrepujaba
todos los otros y crecía sin cesar. ¡Más alto... más alto... más alto! Y
entretanto los hombres seguían charlando plácidamente y sonriendo. ¿Era posible
que no oyeran? ¡Santo Dios! ¡No, no! ¡Claro que oían y que sospechaban! ¡Sabían...
y se estaban burlando de mi horror! ¡Sí, así lo pensé y así lo pienso hoy!
¡Pero cualquier cosa era preferible a aquella agonía! ¡Cualquier cosa sería más
tolerable que aquel escarnio! ¡No podía soportar más tiempo sus sonrisas
hipócritas! ¡Sentí que tenía que gritar o morir, y entonces... otra vez...
escuchen... más fuerte... más fuerte... más fuerte... más fuerte!<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt;">-¡Basta
ya de fingir, malvados! -aullé-. ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones!
¡Ahí... ahí!¡Donde está latiendo su horrible corazón!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<o:p><b>Edgar Allan Poe</b></o:p></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-63334315259764645052012-03-14T05:54:00.002-07:002012-03-14T06:00:01.719-07:00Blanco y Negro<div style="text-align: right; font-style: italic; font-weight: bold;">Por Naysha León Cornejo<br /></div><br /><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif][if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif][if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span style="font-family:"Times New Roman"" lang="ES-PE">Contemplar en silencio las risas y aplausos de todos aquellos espectadores era lo que reconfortaba tus angustiantes días. Vestir un atuendo diario de escaso color, líneas monocromáticas, la cara completamente pintada de blanco, labios rojos, delineador negro por las cejas, contorneando<span style="mso-spacerun:yes"> </span>también los ojos y los labios. Cubriendo las pronunciadas marcas de expresión, los pliegues alrededor de tu sonrisa y las marcas que dejaron tus días de adolescente.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span style="font-family:"Times New Roman"" lang="ES-PE">Largos minutos frente al espejo: con empeño cubriendo poco a poco, con las yemas de tus dedos, el color vivo de tu piel por uno más frío. Lo único que puede expresar lo que sientes y piensas es tu cuerpo. Prolongados días de práctica lograron la perfección de tus movimientos. Las manos al frente, girando agraciadamente mostrando una pared; poco a poco te encierras en ese cubil, quieres escapar; empujas hacia arriba y sales inmediatamente de ese pequeño espacio graficado en el aire. Es fascinante observar cómo creas espacios y te unes a ellos motivando la imaginación del presente. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span style="font-family:"Times New Roman"" lang="ES-PE">Hoy no es un día común, caminas por la ciudad con la tranquilidad de una persona que vive plenamente, sin imaginar que encontrarías aquello que buscaste durante los veinticinco años siendo un mimo.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span style="font-family:"Times New Roman"" lang="ES-PE">Los transeúntes de este pintoresco lugar caminan con la presura del día que ya se acaba, la mayoría de palomas descansan en lo alto del histórico reloj de la catedral y, tú allí, sentado en una banca, en medio de la plaza principal. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span style="font-family:"Times New Roman"" lang="ES-PE">—¿Cuándo sabes que la muerte está cerca?, dijo Andrés, tu primer profesor de teatro. Tu respuesta fue: “cuando diste el máximo de tu talento sin importar las circunstancias”.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span style="font-family:"Times New Roman"" lang="ES-PE">Piensas en el talento que llevas dentro y en si has dado lo suficiente. ¡Hasta cuándo seguirás en las plazas de la ciudad brindando un espectáculo asombroso a cambio de pequeñas monedas!, ¿Cuál es el límite de tu desdichado arte?</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span style="font-family:"Times New Roman"" lang="ES-PE">Hace frío. La delgada chaqueta que llevas puesta te la regaló un pintor famoso de la ciudad en tu cumpleaños cincuenta: tu preciado <a name="_GoBack"></a>tesoro, un recuerdo invalorable; una amistad de muchos años que se esfumó con su inexplicable desaparición, nunca averiguaste por qué, solo sabías que él dio su máximo esfuerzo.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span style="font-family:"Times New Roman"" lang="ES-PE">El cigarrillo se consume más con el viento que con tus escasas <i style="mso-bidi-font-style:normal">piteadas</i> y aún sientes esas miradas fijas en ti, no son aquellas que contemplan tu arte, tampoco de quien observa un cuadro; miradas de un grupo de muchachos sentados a un par de bancas a la derecha. La preocupación del largo día hace que no le prestes atención, no hubo lo suficiente para comer… mañana será otro día. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span style="font-family:"Times New Roman"" lang="ES-PE">—Mudo misio de mierda, no tienes ni una puta moneda. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman";" lang="ES-PE">De pronto, te encuentras tirado en el suelo, intentando salir de allí por donde puedas, impedido por un montón de manos y pies que golpean tu rostro. Puños llenos de rabia, despojándote de tus prendas, la cara ensangrentada, desfigurada. Casi sin aliento, solo atinas a sonreír y actuar tu última función.<br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt"><span style="font-family:"Times New Roman"" lang="ES-PE"><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Naysha León Cornejo (Arequipa, 1992). Alumna del Taller de Escritura Creativa que se dictó en el Centro Cultural Peruano-Norteamericano en Febrero-Marzo 2012.</span><br /></span></p>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-64681579554695997922012-03-03T19:15:00.004-08:002012-03-04T17:24:27.276-08:00Filo<!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif][if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif][if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:normal"><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:12.0pt;">Acá un cuento de uno de los asistentes al Taller Presencial de Escritura Creativa que estamos dictando en el Centro Cultural Peruano Norteamericano de Arequipa (CCPNA) desde el 15 de febrero de 2012.<br /></span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: right; line-height: normal; color: rgb(0, 0, 153); font-weight: bold;" align="right"><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10pt;">Por: Francisco Javier</span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Recuerdo muy bien esa mañana en que mi dueño me cogió con demasiada fuerza. No es que en mi oficio las cosas fueran suaves, cómodas y se me tratase con cariño, pero la rudeza de sus movimientos, su mirada fija y pulso acelerado, me hicieron notar que ese día algo no andaba del todo bien. Su rostro, normalmente apacible y con esos ojos risueños bajo sus pobladas cejas, mostraba un ceño fruncido y una mirada hundida contra el piso. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Puedo decirles que aquel hombre se caracterizaba por dar un trato excelente a todos los clientes, era respetuoso y amable, incluso en sus mejores días bromeaba con ellos y se canjeaba algunas amistades. Sin embargo </span><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">como repito</span><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;"> aquel día estaba extraño: casi ni respondía los saludos y, si acaso lo hacía, era de mala forma o demostrando impaciencia. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Yo podía observarle desde mi lugar de trabajo, donde había sido abandonado luego de una faena agotadora. Estaba a su servicio entre diez y doce horas diarias, menos los domingos, que nuestro negocio cerraba pronto a falta de clientes. Contra lo que puedan pensar, disfrutaba mucho de mi trabajo. Disfrutaba la sensación de sentirme útil para algo, y de poder cumplir con las exigencias </span><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">que no eran pocas</span><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;"> de mi labor. Porque cuando no se está de faena, ni se imaginan lo aburrido que es ser un cuchillo. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Pero no se crean que soy un cuchillo cualquiera. No soy un delicado cuchillo de mesa, o uno de esos amanerados que sólo sirven para untar mantequilla o pelar frutas. Soy un cuchillo fuerte, con un mango de madera firme y una hoja que </span><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">todo hay que decirlo</span><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;"> está lo bastante afilada como para cortar kilos y kilos de carne durante el día. Soy, pues, un cuchillo de carnicería. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">En la tienda había otros como yo, más viejos y desgastados por años de faenas, con las hojas sueltas y los mangos destruidos, que fueron desplazados a los bordes de la mesa de trabajo, donde eran utilizados ocasionalmente. A veces imagino que todo sería mucho más aburrido si fuera como ellos, utilizado sólo por algunos minutos al día para luego volver a estar completamente estático, inmóvil e inerte. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Durante mis interminables horas de inamovilidad traté de buscarle otro sentido a mi existencia, pero siempre concluía que hay otros objetos que tienen una vida aún más triste y monótona. Creo que sería peor ser una cucharilla de té, ¿verdad? Es por ello que no deseo contarles los aspectos negativos de mi existencia, pero sí la historia del día en que mi vida cambió para siempre. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Mi dueño bajó las persianas metálicas de la tienda poco después de las seis de la tarde, al tiempo en que el sol se ocultaba en el horizonte. Aseguró con un candado la puertecilla de entrada y cruzó una viga de acero detrás de la misma. Continuaba con el ceño fruncido que observé en la mañana y esa mirada que reflejaba que algo atormentaba su mente. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Se quitó el delantal blanco, que terminaba siempre de color rojizo, y lo tiró al suelo con desgano. Cogió la silla que había detrás del mostrador para embutidos, la llevó hasta el centro de la tienda y se dejó caer pesadamente sobre ella. Sacó del bolsillo de su camisa una cajetilla de cigarros y encendió uno. Otra señal de que algo andaba mal, ya que hacía mucho tiempo no le veía fumar. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Cuando el cigarro estaba a la mitad, consumido más por su propio fuego que por las piteadas que recibía, el teléfono de la tienda sonó. En la penumbra me pareció ver que los ojos de mi dueño se enrojecían de rabia, lanzó el cigarro al suelo, lo pisoteó con furia<span style="mso-spacerun:yes"> </span>y<span style="mso-spacerun:yes"> </span>se puso de pie. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;"> ¿Qué es lo que quieres? </span><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">dijo luego de ponerse el auricular en la oreja derecha. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">En ese momento me habría gus<a name="_GoBack"></a>tado ser el teléfono para conocer los detalles de la conversación, pero tuve que conformarme con oír lo que podía desde mi posición. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">No pienso seguir cediendo ante ti o cualquiera de tus amigos extorsionadores </span><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">repuso con voz firme a su interlocutor</span><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">. Tus <i style="mso-bidi-font-style:normal">cupos</i> y tus amenazas me tienen sin cuidado. Si lo deseas, ya sabes dónde encontrarme. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Colgó el teléfono de un porrazo. Su rostro estaba lleno de sudor, sus labios resecos como si no hubiese probado agua en días, y los latidos acelerados de su corazón parecían hacer eco en toda la tienda. Se quedó parado allí por un buen rato, como si de pronto él también se hubiese convertido en un objeto sin vida. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Al momento se oyó el ruido de un auto deteniéndose frente a la tienda. La luz de los faros se colaba por debajo de la puerta. Más ruidos. Ahora eran pasos, pasos de varios hombres, sin duda. Golpes en la puerta y gritos. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">De una forma u otra nos vamos a cobrar ese dinero, imbécil. ¡Sal ahora o entraremos! </span><span lang="ES-PE" style="font-family:Arial;">—</span><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">se oyó desde la calle. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Vi sus ojos girar hacia mí casi instintivamente. Me cogió por el mango y me presionó con fuerza. Sus manos sudaban tanto o más que su rostro. Sus pupilas estaban dilatadas y podría jurar que le zumbaban los oídos. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Una sombra se movía por la ventana que daba a la calle. Mi dueño vaciló por un momento, pero luego dio un brinco y se paró junto a la ventana, agazapado junto a la pared, esperando que pase lo que pasó. Un tarro metálico lleno de basura hizo estallar la ventana en pedazos y rodó hasta la mitad de la tienda. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Al instante, un hombre se deslizó por la abertura hacia adentro. Aguantando la respiración y con un movimiento rápido, mi dueño cogió al intruso por detrás y luego, con una fuerza que le desconocía, me clavó contra su pecho. Casi la totalidad de mi hoja se enterró en ese cuerpo, que se estremecía perdiendo la vida poco a poco. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">Cuando nos dimos cuenta ya era muy tarde. Otro sujeto nos apuntaba desde fuera de la tienda con un arma y disparó tres veces. La primera bala destruyó el mostrador, pero las siguientes atravesaron la pierna y abdomen de aquel hombre al que yo había servido por tanto tiempo, lanzándolo contra el piso, que lentamente fue tiñéndose de un rojo escarlata profundo. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">El sujeto, aún con la pistola humeante en la mano, ingresó por la ventana y lo remató de un disparo en la cabeza, mientras hacía una mueca de asco. Luego comprobó que el cuerpo de su amigo tenía menos vida que el mío y le cerró los ojos con la palma de la mano. Antes de irse, se fijó en mí por un instante, como si acabara de ver un objeto extraño y no un simple cuchillo manchado de sangre. Me levantó, me observó con detenimiento, cubrió mi hoja con un pañuelo y me guardó en el bolsillo de su casaca. Dio media vuelta y se fue en silencio, tal y como había entrado. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt; line-height: normal;"><span lang="ES-PE" style="font-size:10pt;">Fue así que dejé mis faenas de diez o doce horas en la carnicería y me convencí de que mi existencia no sería aburrida nunca más. Sólo espero que mi nuevo dueño me deje probar, aunque sea una vez más, el calor de la sangre de un cuerpo vivo, esa sensación tan desconocida para mí, que muy a mi pesar, tengo que decirles, me gustó.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.4pt;line-height: normal"><span lang="ES-PE" style="font-size:10.0pt;">______<br /></span></p> <div style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(0, 0, 153);">El autor de </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(0, 0, 153);">Filo </span><span style="color: rgb(0, 0, 153);"> (Francisco Javier Apaza) tiene 23 años. Recientemente egresado de Ciencias de la Comunicación de la UNSA. Lee por placer. Escribe por necesidad. Contacto: </span><span style="color: rgb(0, 0, 153);" class="gI">franciscojavierx@gmail.com</span><br /><br /></div>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-7474495058002292302012-01-05T12:15:00.000-08:002012-01-05T12:17:33.054-08:00Los incompletos<div class="date-posts"><div class="post-outer"><div class="post hentry"><br /><div class="post-header"> </div> <div class="post-body entry-content" id="post-body-2549860530925459223"> <div style="text-align: right;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMjZCK4qQ_eAEUMgz15Ws2dbdxGb0PHyNzgcjcYGWKx96iLBZ7NpjKuALocYSdHK3CrmSjw7LCUX9hxNF9ZVjFPDI1iv1ytHZ5bHDi4FAk5fajEiSOn_b-dzq_lqZ4u5SbySB30SNAdao0/s1600/FRISANCHO.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMjZCK4qQ_eAEUMgz15Ws2dbdxGb0PHyNzgcjcYGWKx96iLBZ7NpjKuALocYSdHK3CrmSjw7LCUX9hxNF9ZVjFPDI1iv1ytHZ5bHDi4FAk5fajEiSOn_b-dzq_lqZ4u5SbySB30SNAdao0/s400/FRISANCHO.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5690847998414430834" border="0" /></a></div><div style="text-align: right; font-style: italic; font-weight: bold;">Por Wilber Frisancho Del Carpio <span style="font-size:10.0pt;font-family:"MS Shell Dlg"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";color:black;mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ES;mso-bidi-language:AR-SA"></span><br /></div> <p class="paragraphscx170418147" style="vertical-align: baseline; text-align: justify;"><span class="textrunscx170418147">Suicidarse, piensa, no es un acto valiente ni cobarde, sino natural y silencioso.</span><span class="eopscx170418147"> </span><span style="font-size:8.0pt;font-family:"Segoe UI""></span></p> <p class="paragraphscx170418147" style="vertical-align: baseline; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx170418147">Es un adolescente alto y delgado, que odia a la soledad pero teme la compañía. </span><span>Ha clavado su </span><span>mirada en alguna parte del techo de su habitación, a</span><span>poyando su espalda en una columna de éste. A pesar del oceánico silencio que requiere su plan, el volumen de su radio se encuentra altísimo, y el croquis que estaba diseñando se ha convertido rápidamente en una maraña de garabatos desperdigados en un cuaderno anillado y grueso. </span></span><span class="eopscx170418147"> </span><span style="font-size:8.0pt;font-family:"Segoe UI""></span></p> <p class="paragraphscx170418147" style="vertical-align: baseline; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx170418147">Sus padre</span><span>s interpretan una utopía íntima. Su madre se coloca, </span><span>todos los días, una almohada debajo de la bata</span><span> celeste antes de iniciar su día</span><span>. Se levanta con un</span><span>a</span><span> pesadez simulada, </span><span>se dirige a la cocina </span><span> y busca en el refrigerador cualquier comida que alcance la categoría de “antojo”</span><span>. Por otro lado, su padre</span><span> está alargando su jornada ordinaria de trabajo para </span><span>agradar, más de lo debido</span><span>, a sus jefes más </span><span>inmediatos (</span><span>desde la ventana de su oficina observa a la nueva masa d</span><span>e despedidos, varios de ellos tienen su edad</span><span>). De regreso </span><span>a casa, lleva pañuelos, sonajas o </span><span>cualqui</span><span>er juego infantil para su hijo imaginado</span><span> </span><span>que,</span><span> sin duda alguna, es el sustento de la existencia de su compañera, y la justificación de su matrimonio.</span></span><span class="eopscx170418147"> </span><span style="font-size:8.0pt;font-family: "Segoe UI""></span></p> <p class="paragraphscx170418147" style="vertical-align: baseline; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx170418147">Todavía no </span><span>ilumina </span><span>su habitación y </span><span>baja</span><span>, lentamente,</span><span> el volumen de su radio. Sin embargo siente la necesidad de compensar el aletargado ambient</span><span>e con una fuerte actividad suya: c</span><span>amina en redondo, de forma rápida</span><span> y torpe</span><span>, por la habitación chocando su</span><span>s</span><span> rodillas co</span><span>n los cajones de su escritorio y los pies de la cama. </span><span>También</span><span> busca pañuelos para frenar</span><span> </span><span> </span><span>el </span><span>sudor que desciende de su frente, a sabiendas que no los usa. </span></span><span class="eopscx170418147"> </span><span style="font-size:8.0pt;font-family: "Segoe UI""></span></p> <p class="paragraphscx170418147" style="vertical-align: baseline; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx170418147">Hoy es domingo, su padre podrá realizar sus ejercicios matutino</span><span>s, sin apuro; fiscalizará</span><span> </span><span> si ha dejado algún</span><span> oficio o memorando inconcluso</span><span> de 10 a 12; </span><span>regresará a casa y realizará</span><span> un pequeño paseo</span><span> con su madre.</span></span><span class="eopscx170418147"> </span><span style="font-size:8.0pt;font-family:"Segoe UI""></span></p> <p class="paragraphscx170418147" style="vertical-align: baseline; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx170418147">Sus piernas flaquean y siente demasiado cansancio. </span><span>Ya echado sobre su cama, soporta el </span><span>ardor en sus ojos. </span><span>Trata de descansar pero los gritos de sus padres lo despiertan, avisándole que darán un paseo corto</span><span> por las afueras de la ciudad, é</span><span>l no conte</span><span>sta pero balbucea </span><span>monosílabos</span><span> que </span><span>calman la inquietud de sus padres. Segundos después, siente </span><span>el motor del automóvil de su familia prendido. Decide abrir las persianas y despedirlos, pero </span><span>se </span><span>detiene.</span></span><span class="eopscx170418147"> </span><span style="font-size:8.0pt;font-family: "Segoe UI""></span></p> <p class="paragraphscx133927832" style="vertical-align: baseline; text-align: justify;"><span class="textrunscx133927832">Se equivocó. Sus padres todavía no han salido del edificio por</span><span>que se encuentran, totalmente </span><span>absortos,</span><span> contemplando có</span><span>mo la vecina del pis</span><span>o inferior</span><span> le reclama al vigilante má</span><span>s cuidado con las cosas, é</span><span>ste simplemente asiente </span><span>con la cabeza, de forma pasiva, </span><span>pero ella persiste. Ellos se acercan y tratan de calmarla, ella los mira con reproche. Deciden dejarla y abordan al vigilante con miradas hoscas. Levanta la cabeza y dice: “La señora peleaba de</span><span>masiado con su esposo e hijos, é</span><span>stos decidieron tomar su cosas, incluido el </span><span>automóvil</span><span>”</span><span> .</span><span>Un poco anonadados por la re</span><span>puesta, se alejan lentamente en dirección h</span><span>acia la puerta de la residencial buscando un taxi confiable</span><span> –el automóvil se encuentra en reparación</span><span>. </span><span class="eopscx133927832"> </span></p> <p class="paragraphscx133927832" style="vertical-align: baseline; text-align: justify;"><span class="textrunscx133927832">A medio camino, el vigilante los alcanza y con la mano der</span><span>echa les señala su apartamento</span><span>, intenta</span><span> decir el número </span><span> </span><span>pero solo emite balbuceos. Se desesperan y deciden volver. Primero imaginan un robo pero luego descartan la idea. Suben las escaleras, él</span><span> </span><span>más</span><span> rápido que ella</span><span> –obviamente–, y observa a su hijo con las manos apoyándos</span><span>e sobre la baranda con varios</span><span> hilos de sangre que salen de sus antebrazos.</span><span class="eopscx133927832"> </span><span style="font-size:8.0pt;font-family: "Segoe UI""></span></p> <p class="paragraphscx133927832" style="margin-right: 20pt; vertical-align: baseline; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx133927832">Ocurrió lo más esperado y menos deseado: un suicidio pomposo y torpe, concluye.</span></span></p><p class="paragraphscx133927832" style="margin-right: 20pt; vertical-align: baseline; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx133927832">_____________<br /></span></span></p><div style="text-align: justify; font-style: italic;">Wilber Frisancho Del Carpio (Arequipa, 1986). Estudia Derecho en la Universidad Nacional de San Agustín. Su autor favorito es el Premio Nobel sudafricano J. M. Coetzee. También gusta de la obra de clásicos como Tolstoi, Stendhal y Maupassant. Entre los contemporáneos menciona al argentino Alan Pauls y al bosnio-estadounidense Aleksandar Hemon.</div></div></div></div></div>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1074653050870170461.post-69118834304452982162011-12-27T09:57:00.000-08:002011-12-27T10:01:21.833-08:00Aquí no caben más<!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="paragraphscx167655935" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: right;"><span class="textrunscx167655935"><span style="font-size: 11pt;"><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Por Julio Mauricio Pacheco Polanco</span><br /></span></span></p><p class="paragraphscx167655935" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span class="textrunscx167655935"><span style="font-size: 11pt;">He pensado mucho en el destino de los demás. Vaya forma tonta de perder el tiempo, y remedio para más eficaz para no pensar en el mío. Es que esto de andar consolándome con la idea de ser un genio ya no me resulta como cuando me creía el rollo, sí, el rollo, de tener una mente brillante. Igual, me tomo las pastillas, prendo la televisión, y me duermo viendo cómo las personas se arrancan los ojos por un pedazo de tierra, carne o ideas políticas que nadie se las cree. Que no tengo nada en contra de la televisión, particularmente a mí me ayuda a dormir, más que el internet, en el que siempre encuentro lo mismo de lo mismo.</span></span><span class="eopscx167655935"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx167655935" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx167655935"><span style="font-size: 11pt;">Pero esto de pasarse todo el día sin hacer nada y sin ánimos de trabajar para otros ya no tiene remedio en mí. Bueno fuera que mis charlas semanales con mi terapeuta me ayudaran en algo, pero es que se la ha dado por soltar sus flatulencias, sonriéndome bobamente, mientras mentalmente me pongo a contarle sus arrugas y a pensar a cuántos tíos debe haberse follado en su consultorio. No es que quiera hablar mal de ella, solo sigo sus hábitos contagiados, esa costumbre de andar contando a todo el mundo las rarezas que le ocurren a sus pacientes, en medio de su aburrida vida, compartida entre </span><span>reanimadores</span><span> y locos de atar como yo.</span></span></span><span class="eopscx167655935"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx167655935" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx167655935"><span style="font-size: 11pt;">Antes tenía la costumbre de entrar al chat para conversar con personas desconocidas y saber de lo que a mí no me pasa. Un día me llegó una invitación a mi correo sobre una sala privada donde se podía ligar sexualmente, (siempre virtualmente), con mujeres casadas pero solitarias, a quienes sus maridos no les cumplían en la cama, digamos por razones o cansancios laborales</span><span>. El despelote fue cuando un viernes por la noche, una tía cuarentona follaba para sus seguidores desde una sala abarrotada por onanistas, en la que veía una triste polla ser introducida en la boca y el culo de una mujer que se despidió diciendo: “y que quede claro que esto lo hago por mi ego y para salvar mi matrimonio”. Tamaña sentencia me dejó una sensación extraña, la misma que siempre siento cuando entro a los chats para ligar con mujeres, y en donde solo encuentro hombres detrás de 2 o 3 que siendo horribles, reciben todos los halagos que en su puta vida jamás se los han dado ni en los bares, por parte de hombres muy ebrios e impotentes.</span></span></span><span class="eopscx167655935"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx167655935" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx167655935"><span style="font-size: 11pt;">Joder que esto me recuerda el cómo volvíamos puta a las mujeres en un banco donde trabajé un tiempo. La conspiración partía de enamoramientos en masa y programados, que elevaban la libido de mujeres que siendo cortejadas una a una por todos a su vez, las hacían sentir tan perras y sucias, precisas para mi apetito sexual.</span></span></span><span class="eopscx167655935"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx167655935" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx167655935"><span style="font-size: 11pt;">Pero sucede que la gente anda demasiado aburrida por todo. Al menos la gente que conozco. No hay droga que calme su ansiedad ni exceso que les devuelva esa paz, (una paz en concepto; una buena trampa para los buscadores de vidas, los que ya no tienen una para sí).</span></span></span><span class="eopscx167655935"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx167655935" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx167655935"><span style="font-size: 11pt;">¿Cambiar de amistades? No es mala la alternativa, pero pasa que tengo 40 años y como que la cosa se me hace más complicada, porque a mi edad, la mayoría de personas son abuelos, o en todo caso no creen en el amor, que para ambos casos, ni soy abuelo, y rayo en la diferencia de no </span><span>haber superado la experiencia del amor. Como que me he perdido en algunas etapas de mi vida. He dado grandes saltos sin poder evitarlo.</span></span></span><span class="eopscx167655935"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx167655935" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx167655935"><span style="font-size: 11pt;">Que debería estar contento por ya no tener que tomar medicamentos que me impidan ser una aparente personal normal, es decir, un paciente compensado. </span><span>¿Pero a esto debo llamarle libertad?</span></span></span><span class="eopscx167655935"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx167655935" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx167655935"><span style="font-size: 11pt;">Por ejemplo, me gustaría andar ebrio todos los días, pero por razones que no entiendo ni necesito explicar, el alcohol daña mis dientes, y prefiero una sonrisa triste pero completa, a una sonrisa alegre pero de espanto. Más marginal no podría ser. Y me hago llamar escritor.</span></span></span><span class="eopscx167655935"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx167655935" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx167655935"><span style="font-size: 11pt;">Sí, un escritor que dejó de leer hace tiempo por saber que los libros que llegaron a mis manos, no respondían en nada a lo que me pasaba en mi adolescencia, siendo la prueba más contundente el hecho que ahora ande medicado, totalmente desengañado de mis ávidas lecturas, de las respuestas de los autores, tan onanistas como yo, ignorantes en todo el sentido de la palabra, y por cierto: mentirosos.</span></span></span><span class="eopscx167655935"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx167655935" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx167655935"><span style="font-size: 11pt;">Bueno fuera que eso me bastase para dejar de escribir, el no insistir en seguir creyendo en la literatura, pero tengo mis razones: en algo debo concentrarme para no abusar otra vez de las páginas porno (porque dada las circunstancias, hay días en que despierto solo, y esto es siempre, y ya no sé qué hacer con mi polla, y mi pobre mano echada a ejercer todos sus músculos llega</span><span> hasta</span><span> </span><span>e</span><span>l calambre y el </span><span>cansancio</span><span>); sin embargo me queda la certeza que no estoy tan jodido: sé de personas que trabajan duro toda su vida, y su vida no cambia en nada, siguen atrapados viviendo para hacer dinero para otros, bebiendo hasta quedar privados y sin memoria, drogándose para levantar la moral a las horas siguientes que preludian el ingreso a sus oficinas, al estar muertos y no poder gozar de una vida que yo tampoco gozo, que creo, nadie goza. Pero venga, que es demasiada filosofía para empezar a escribir sobre cosas serias, como: ¿cómo no volverse gay después de un encuentro sexual por carencia de mujeres? O: ¿cómo cambio mi vida a mis 55 años para tirarme a tod</span><span>o</span><span>s l</span><span>o</span><span>s adolescentes que en mi pubertad no pude? </span><span>(Y esto último no lo escribo por mí, q</span><span>ue de este tipo de tías me encuentro a menudo en el </span><span>msn</span><span>)</span><span>. Mujeres que no soportan sus años, y ansían ser violadas</span><span> por negros aventajados y malvados, que total, para eso están los sacerdotes y las oraciones: Dios perdona todo, menos ser imbécil. En suma, no perdona a nadie.</span><span> Y eso lo saben bien ellos, pero a estas alturas, quién anda detrás del consejo de quien no ha vivido nada y se sabe de memoria la Biblia, versículo a versículo, mientras que otra gran mayoría como yo, sigo porfiando en Google, por querer encontrar la forma de hacer dinero fácil, así sea ilegal. Es que un poco de pasta no me vendría mal para comprarme una pastillita azul y follarme una buena mulata que sepa mover las caderas sin que me contagie nada.</span></span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx140518676" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span class="textrunscx140518676"><span style="font-size: 11pt;">Pero es que en </span><span>la</span><span> web encuentro de todo, desde mujeres desesperadas por ligar con algún tío solitario, hasta vejetes eruditos sin escrúpulos que me advierten en lo que podría convertirme digamos, en 20 años, casi nada, una miasma. Que es que a mis 40 años eso de entrar al chat no me ayuda en nada. Siempre encuentro mujeres obsesionadas con sus miedos, trastornos que patentan el fracaso de los terapeutas quienes inmediatamente recetan pastillas, en suma, nunca tuvimos remedio.</span></span><span class="eopscx140518676"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx140518676" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx140518676"><span style="font-size: 11pt;">Pero la realidad es que no tengo pasta ni para una mulata, ni para un porro o una buena botella de vino que seguramente la bebería en soledad, porque eso de andar gastando lo poco de dinero que tenga con otras personas no me va, pese a saber que siempre hago el ridículo desde el </span><span>msn</span><span> cuando ebrio trato de digitar decentemente sin dejar de decir obscenidades, tonterías que hacen que me eliminen contactos poco creativos al momento de escribir, de redactar, de decir algo nuevo, totalmente diferente a toda la mierda que leí en mi juventud o escuché en la calle, antes de recluirme en mi habitación y renunciar a un mundo en el que, no quiero entrar, porque no quiero asumir mi papel de imbécil</span><span>, digamos, por cuestiones de dignidad, aunque mi psicóloga crea lo contrario y diga que es porque no quiero aceptar que soy marica, que ya debo perdonarme o aceptarme y no sé qué más gilipolladas que me asustan. Lo interpreto como una forma de decirme: “no me jodas todas las semanas, consíguete una mujer de verdad y deja de venir con cuentos cada semana que estás como el perro del hortelano, que no me comes ni me dejas comer”. Bueno, ya, no lo interpreto, lo dijo una vez, (esto va por mi orgullo de paciente sin mujer, y si lo lees, te aguantas), o en fin, no sé, alguna mujer debió decirlo, y si no lo dijo alguna mujer, lo escribo entonces, que a fin de cuentas no puedo quedar tan pelotudo a mis 40, 40 años, escritor, solterón, cibernauta, y sin más compañía que una conciencia demente que me desdice cada voluntad de querer hacer algo, a los 5 minutos.</span></span></span><span class="eopscx140518676"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx140518676" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx140518676"><span style="font-size: 11pt;">¿Qué esto me pasa solo a mí? No sé si cualquier parecido con la realidad sea una coincidencia, que me importa nada. Total, como poeta ya no puedo escribir más de todo lo superlativo que en algún momento creí, es mejor en estos casos soñar con el gordo de la lotería, como lo hace todo el mundo, o esperar a que me llegue un email donde escrito esté que alguien leyó algo de mí, de esas épocas cuando quería cambiar al mundo, y en compensación, me haya dejado una gran herencia, tan cuantiosa como para seguir en lo mismo, es decir, sin saber qué hacer, o viajar y quedar petrificado por un ataque de pánico en una calle desconocida de una ciudad muy lejana a la casa de papá y mamá, o simplemente comprarme todo lo que quisiera sin dejar de tener la certeza que la felicidad me durará poco</span><span>, sin chances para volver a amar, o mamar tetas, culos, sexo, alcohol, drogas, sexo, culo, tetas, mamadas bien hechas, sacadas de mierda a algunos tipejos que me deben bastante mordida de polvo, siempre claro, todo pagado a sicarios, y en fin, no sé qué más.</span></span></span><span class="eopscx140518676"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx140518676" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx140518676"><span style="font-size: 11pt;">Que si debo ser honesto, he llegado a la edad del hastío, que solo puede ser reemplazado por la magia de una mujer muy bella y demasiado inteligente, y todo por culpa de los libros de mierda que he leído; </span><span>malformadores</span><span> de gustos, los culpables de mis exigencias al momento de charlar con una mujer. Y no es que los maricas sean mejor </span><span>tertuliadores</span><span>, pasa que han leído más y poseen precozmente la sabiduría que solo una mujer experimentada de 75 años podría brindarme, y en ninguno de los dos casos sería feliz acompañado.</span></span></span><span class="eopscx140518676"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx140518676" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx140518676"><span style="font-size: 11pt;">Estoy jodido.</span></span></span><span class="eopscx140518676"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx140518676" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx140518676"><span style="font-size: 11pt;">Pero me consuelo en saber que mi estimado lector lo está más que yo. Sí, tú aún buscas la verdad, o quizá ya tienes hijos o un trabajo de mierda, o eres adicto a una droga que te trae de perros, o estás con algún cáncer terminal o eres impotente, o no te gusta ser gay, o simplemente creías en </span><span>el superhombre hasta que en una borrachera, terminaste sentado en las piernas de algún poeta borracho que luego te folló. No sé, no quise hablar de los demás, solo justificarme o intentar demostrar que el amor existía en las novelas de </span><span>Corín</span><span> Tellado, novelas bobas a las cuales no pude soportar, porque graduado en estos rigores no estoy. De ser preciso, soy un fracaso con las mujeres, por no decir que no me hacen caso. ¿Qué es porque no tengo pasta? Si tuviera 20 años, no habría excusa, pero a mi edad, mi perfil griego no ayuda en nada si se trata de asegurar el precio de un trasero que</span><span> quiere un hombre trabajador, con sus propias cosas, no un escritor sin dinero y que no quiera ni lo uno ni lo otro. Ya lo sé, me odian. No me perdonan que las saque de su mundo, de vidas ya hechas, para luego desencantarlas con mi precaria condición económica. Que no es cierto eso de que se puede vivir en la punta de un cerro por amor, por las noches hace frío, y no es cómodo vivir entre tierra y silos forrados en calaminas, entre perros nocturnos y un estómago vacío que nada tiene que ver con la pasión consumada, la que tiene que ver con el sexo, ese arte que nunca supe aprender, pero que sé, dura poco entre dos personas, hasta que la preñas, y te vas a la mierda, solo porque no tienes dinero.</span></span></span><span class="eopscx140518676"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx140518676" style="vertical-align: baseline; font-family: georgia; text-align: justify;"><span><span class="textrunscx140518676"><span style="font-size: 11pt;">Ya, ya, que no quise compensar mi situación de escritor sin dinero. Solo que tú mi amigo lector sacaste algunas conclusiones, y como sé que solo los jóvenes leen, quise asustarte un poco, que los bien acomodados, a punta de </span><span>diazepanes</span><span> se las arreglan como pueden, entre mujeres poco inteligentes, (pero eso sí, rubias y bien blancas) y deudas al banco, o a la </span><span>próstata…</span><span> o al sida.</span></span></span><span class="eopscx140518676"><span style="font-size: 11pt;"> </span></span><span style="font-size: 8pt;"></span></p> <p class="paragraphscx140518676" style="margin-right: 11.5pt; vertical-align: baseline; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span class="textrunscx140518676"><span style="font-size: 11pt;">Je </span><span>je</span><span> je.</span></span></span><span style="font-size:8.0pt;font-family:"Segoe UI""></span></p> <p class="MsoNormal">________________<br /></p><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="font-style: italic;">Julio Mauricio Pacheco Polanco (Mollendo, 1971).Publicó bajo el sello de Grita Ediciones :El Viejo Libro del Cuero de Mamut(2004) y Los Cantos de la Maldición(2005). Y, entre otros títulos, Los derroteros de la soledad (novela).</span><br /></p>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0